Diógenes era un hombre famoso y muy sabio, y encontró que poseer “cosas” le impedía disfrutar de la vida. Redujo sus posesiones a solamente su ropa, su espada y un tazón. Entonces un día vio a un perro bebiendo en el río y decidió que realmente tampoco necesitaba un tazón.
Se hizo famoso en toda la tierra. Tan famoso que el hombre más poderoso del mundo en ese momento oyó hablar de él.
Alejandro Magno fue al río, donde Diógenes pasaba mucho tiempo, para encontrarse con él. Tuvieron una larga charla y Alejandro quedó muy impresionado. Hacia el final de esta conversación Alejandro le dijo a Diógenes. "Te admiro más que a cualquier hombre en la faz de esta tierra. Un día me gustaría ser como tú. Para relajarme y conocerme más a mí mismo ".
Diógenes preguntó, "¿Por qué no hacerlo ahora?
Alejandro dijo: "No, no puedo. Primero debo conquistar el mundo y luego volveré aquí y pasaremos mucho tiempo juntos".
Diógenes respondió: "Nunca he conquistado el mundo, ¿por qué no te quedas ahora?"
Alejandro respondió: "No, primero conquistaré el mundo, luego volveré".
Diógenes dijo: "Nunca volverás, morirás primero".
Alejandro terminó de conquistar el mundo conocido. Su última conquista era la India y murió en el camino de regreso de allí.
Si entendemos estas dos personalidades, comprenderemos más cabalmente la diferencia entre ganadores y perdedores en el mercado. Alejandro Magno sería el trader perdedor y Diógenes el ganador. ¿Por qué? Son la causa de su propia comprensión del mundo y de sí mismos.
Vale la pena examinar algunas de estas diferencias.
Alejandro estaba en el proceso de "convertirse" mientras que Diógenes era sólo "ser" (recuerden la importancia del “Ser, Hacer y Tener”). Este comportamiento reaparece en el funcionamiento de las dos partes, bien diferenciadas de la mente. Nuestra mente consciente es Alejandro Magno. Siempre en movimiento, siempre conquistando un nuevo campo, una nueva técnica, nuevas palabras, idioma técnico (por ejemplo, fractales, velas japonesas, MACD, ADX, ATRStop, BreakEven, redes neuronales, lógica difusa, atractores extraños, inteligencia artificial).
Podemos enfocarnos en el tema de una operación ganadora descubriendo más acerca de nuestras mentes. Cada uno de nosotros tenemos un mínimo de tres mentes (super-consciente, consciente y subconsciente), que trabajan de manera diferente e incluso hablan en diferentes idiomas. Es como si vivieras en una casa de tres habitaciones donde el inglés se habla en la sala de estar, el español en la cocina, y el chino en el dormitorio. Y cada ocupante de la casa puede hablar solo un idioma.
Una parte de tu mente usa técnicas científicas para descubrir lo que es verdad. Y permítanme añadir rápidamente aquí que no estoy tan interesado en lo que es verdad, porque la verdad cambia. Era verdad que Zeus gobernaba el mundo. Era verdad que el mundo era plano. Era verdad que Nixon no era un ladrón. Era verdad que el cielo tenía calles pavimentadas con oro. Es verdad académica que los mercados son una caminata al azar. No, no me interesa la verdad; Me interesan mucho más las mentiras que funcionan. El elemento principal del enfoque científico para encontrar la verdad es eliminar las cosas que no son ciertas. Esto se conoce como crear una hipótesis nula.
Tomemos la comprensión de la mente.
Un campo temprano de estudio, la frenología (una antigua teoría pseudo científica sin ninguna validez en la actualidad), decía que cada parte del cerebro tenía una función diferente. Probablemente hayas visto los gráficos de la frenología donde dibujan cada zona y lo que significan debido a su ubicación geográfica en la cabeza. Luego vinieron la cienciología y Ron Hubbard, quien sostuvo que la mente estaba llena de engramas. Luego vino Wilder Penfield, un brillante cirujano cerebral, que encontró que estimulando eléctricamente varias partes del cerebro podría volver a crear ciertos recuerdos.
Algunas religiones consideran a la mente como el taller del diablo. Y en muchos aspectos creo que pueden tener algo de realidad. Los reajustes orientales creen que en el centro, la mente es una ilusión.
Carl Pribram cree que la mente es un holograma. En realidad argumenta de que todo es un holograma: tú, yo, el mundo, todo (seguramente los creadores de “Matrix” han leído su trabajo). Esta es sin duda la mejor explicación de la memoria, ya que las memorias se almacenan como hologramas.
Alfred Adler dijo que sólo hay movimiento. Mira el movimiento, todo lo demás es ilusión y camuflaje.
De todas las cosas que creemos que son problemas, hay buenas noticias. Sólo tenemos un problema y esa es la mente. La enfermedad primaria de la mente es que esta debe estar ocupada constantemente. La mente es como un tiburón que debe moverse con firmeza o sino muere. Si la mente deja de moverse, también muere. Pasa todas las noches cuando te vas a dormir. La mente es como una danza de pensamientos. La danza es sólo movimiento y cuando los pensamientos dejan de moverse, no hay danza. El mercado también es sólo movimiento. Hay un baile en el mercado y así como no tienes un destino definido cuando bailas (no estás tratando de ir directamente al otro lado de la pista, sino que quieres divertirte), el mercado tampoco tiene destino. Realmente no importa si el mercado está en 11.500 o 4.300. Sólo está vivo mientras se mueve. Cuando se detiene, no hay mercado.
