No olvidamos desarrollar sobre el segundo riesgo no inmediato aludido anteriormente: la importancia de las elecciones presidenciales americanas de noviembre 2024, ya que su desenlace influirá sobre la geoestrategia y determinará la mayor o menor estabilidad del mercado. Aunque es un evento que parece lejano, en realidad no lo está tanto. El primer hito de la campaña de recaudación trimestral de fondos se cerrará el 15 de julio de este año, el primer debate de los candidatos republicanos tendrá lugar el 23 de agosto y a partir de entonces los acontecimientos se encadenarán unos con otros
. Pero lo más relevante de cara al mercado es que, aunque haya 3 candidatos demócratas y hasta 13 potenciales republicanos, probablemente se reducirá a un duelo entre Biden (D) y Trump (R) de 80 y 77 años respectivamente, quienes mantienen estrategias divergentes con respecto al apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa y a las relaciones con China, entre otras materias clave. Por eso, en absoluto es descartable un nuevo giro en el que podríamos denominar NOM (Nuevo Orden Mundial) actualmente en proceso de redefinición hacia una nueva Guerra Fría incluso más dura y peligrosa que la anterior.
????????#EEUU - Elecciones US 2024- ????Donald Trump anunció que utilizará "Ley de Inmigración y Nacionalidad” para prohibir entrada de comunistas a EEUU. pic.twitter.com/j6PmEOt1vN
— ????Datoworld NOTICIAS (@DatosAme24) June 30, 2023
De manera que las elecciones americanas pueden suponer un nuevo revulsivo para un mercado que ahora comienza a convivir con un contexto geoestratégico distinto en proceso de construcción que, dependiendo de quién gane las elecciones, se completará o no en el sentido que ahora parece. Aunque por el momento este asunto podamos “guardarlo en el congelador”, no debemos olvidarnos de él porque podría provocar cambios de perspectiva inesperados antes de lo que parece.
Básicamente dependerá del resultado de los 37 cargos que se imputan a Trump y cuyos veredictos decidirán si puede presentarse o no como candidato en 2024
Más allá de los riesgos no inmediatos (elecciones americanas y desenlace en Ucrania) se encuentran los inmediatos, entre los cuales la inflación y los tipos de interés ya comentados son los más relevantes, aunque no los únicos. Identificamos también como riesgo potencial inmediato la vulnerabilidad no resuelta de los bancos regionales americanos, en lo que podría ser una réplica de la mini-tormenta que tuvo lugar en marzo originada por la retirada de depósitos en algunos de ellos (SVB y Signature Bank).
Los bancos regionales americanos pueden volver a mostrarse vulnerables en algún momento del verano puesto que la SEC no les ha proporcionado la protección precautoria que necesitan sus cotizaciones
La situación del inmobiliario comercial y de oficinas americano - sobre todo, pero no sólo - empieza a ser delicada por las caídas de precios (sobre todo en NY) ante el endurecimiento del coste de financiación por la agresivas subidas de tipos de interés, que se suma a los cambios de hábitos en el trabajo en la postpandemia (teletrabajo como herramienta de reducción de costes) y a las propias restricciones al crédito y la refinanciación por parte de los bancos (no sólo los regionales) ante un contexto incierto. El momento más delicado y que nos genera una inquietud no despreciable es finales de julio, cuando los bancos americanos publicarán sus cifras 2T 2023.
Será entonces cuando se pondrá de manifiesto si vuelven a sufrir salidas de depósitos debido, principalmente, a que el atractivo de unas letras americanas a 12 meses, por ejemplo, que ofrecen una TIR superior al 5%, supone o no una tentación irresistible para sus depositantes. Con el antecedente de la mini-crisis sobre estos bancos en marzo pasado, es improbable que, en el caso de salidas relevantes de depósitos, el mercado dedique tiempo a analizar qué tal están gestionados sus balances y si pueden atender dichas salidas sin problemas. Su primera reacción será instintiva, castigando sus cotizaciones. Este es un evento potencial para el que debemos estar preparados de cara a reaccionar a tiempo.
Podría suponer la excusa para una toma de beneficios que, en el fondo, sería sana para unas bolsas que han subido generosamente en hasta ahora 2023, pero que una vez iniciada podría desembocar en un ajuste excesivo
Si este verano tuviera lugar una toma de beneficios de esta naturaleza que merezca la pena porque los precios ganen atractivo (¿-5% al menos?), entonces aprovecharíamos la oportunidad para subir nuestra exposición un 5% adicional, hasta el rango 25%/80%. Con ese (en el fondo deseado) movimiento daríamos por terminado nuestro proceso de subidas de exposición acompañando el mercado en el sentido que estimábamos. Y lo haríamos porque los factores pro-ciclo, pro-riesgos y pro-bolsas seguirían siendo más potentes que el impacto derivado de esa hipotética nueva minicrisis de bancos regionales americanos y terminarían imponiéndose.