Presentamos el análisis del Director de Inversiones de AXA INVESTMENT MANAGERS y presidente del AXA IM Investment Institute, Chris Iggo, en el que analiza la actual situación de los mercados tras los repuntes de la renta fija y la compara con el periodo 2006-2007. AXA IM es una de las mayores gestoras del mundo, con 840.000 millones de euros en activos bajo gestión.
Chris Iggo Director de Inversiones (CIO) de AXA IM
Los rendimientos de los bonos subyacentes han vuelto al nivel de la primera mitad de la primera década del nuevo milenio, y existen paralelismos con la situación de 2006-2007, la última vez que los tipos se mantuvieron altos durante un largo periodo de tiempo. Pero las diferencias son quizá más importantes. El crecimiento mundial es más débil y la confianza se ha visto mermada por la pandemia y las crisis energéticas. Desde que la Reserva Federal (Fed) subió los tipos hasta lo que muchos creen que será el máximo, los mercados han ofrecido rentabilidades negativas, en contraste con lo ocurrido en 2006. Ese periodo acabó mal -tras más de tres años de política de halcones- con la crisis financiera mundial de 2008. Puede que haya argumentos para que los bancos centrales bajen los tipos pronto, antes de que sea demasiado tarde.
Existen posibles factores desencadenantes de un gran aversión al riesgo y un repunte de la renta fija
La posibilidad de un cierre del Gobierno estadounidense afectaría a la demanda agregada, así como a la confianza de las empresas y los hogares. Podría producirse una espiral descendente de la actividad. El actual endurecimiento de las condiciones financieras (aumento de los rendimientos de los bonos, endurecimiento del dólar y debilitamiento de las cotizaciones bursátiles) podría acelerar el impacto del endurecimiento en curso sobre las partes vulnerables de la economía.
El mercado laboral aún no parece debilitarse -al menos según las cifras del Gobierno-, pero la Reserva Federal recortó los tipos en septiembre de 2007, cuando la tasa de desempleo aún estaba muy cerca de su mínimo cíclico y el crecimiento de las nóminas no agrícolas había seguido siendo positivo (aunque las revisiones posteriores mostraron que las nóminas cayeron en julio y agosto de 2007).
Es difícil no llegar a la conclusión de que este ciclo podría terminar con una fuerte ralentización del crecimiento e incluso con una recesión
Tal escenario beneficiaría a los activos percibidos como "seguros" -incluso si EE.UU. sufre otra rebaja de calificación- y los mercados de high yield y de renta variable podrían experimentar algunas pérdidas significativas. Además, el desempleo aumentaría y el nivel de vida se vería aún más afectado. La actual evolución de los precios de mercado sugiere que las cosas no están del todo bien y que la política monetaria debe dar un giro.
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