Primera Ministra de Estonia Nuestra perspectiva no ha cambiado en lo sustancial con respecto a nuestro Informe de Estrategia de marzo, aunque sí ligeramente tiempos y niveles. Es decir, de acuerdo con la doctrina tomista, diríamos que lo accidental sí se ha movido un poco, no así lo esencial.
Y lo accidental que ha cambiado es, fundamentalmente, que los bancos centrales profundizarán algo más en sus subidas de tipos, completándolas a lo largo del segundo semestre, pero no tan pronto como en julio
Lo bueno es que este giro accidental sucede no tanto porque la inflación no esté remitiendo (sólo Reino Unido sigue teniendo un verdadero problema de inflación y es por el Brexit), sino porque el ciclo económico demuestra una solidez superior a la esperada, sobre todo el empleo, lo cual creemos que aprovecharán los bancos centrales para ganar margen de maniobra futura con los tipos: subirán más de lo necesario, al comprobar que la economía no se resiente sustancialmente, para disponer de mayor margen de bajada cuando, más adelante, al debilitarse el ciclo económico, necesiten estimular la economía bajando tipos sin poner en riesgo la inflación.
Pero el riesgo que tienen los bancos centrales de equivocarse - particularmente el BCE - no es despreciable. Los efectos de las medidas de política monetaria tardan entre 3 y 6 meses en permear completamente sobre la economía, de manera que los efectos definitivos de las subidas aplicadas entre mayo y septiembre (parece seguro que el BCE subirá de nuevo en julio y septiembre y que la Fed no lo hará en julio, tras no haberlo hecho en junio, pero sí en septiembre) no se conocerán de forma fiable hasta finales de agosto como pronto y más probablemente hasta diciembre.
#Economicast Después de momento muy difíciles para la economía colombiana, el presente pinta ¿prometedor?: el desempleo ha bajado, el peso se ha 'levantado' contra el dólar, la inflación ha bajado.
— Portafolio (@Portafolioco) July 1, 2023
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Y esos efectos podrían terminar siendo contraproducentes para el ciclo económico, más probablemente en la Eurozona que en Estados Unidos
Actuar apresuradamente revela una cierta pérdida de perspectiva. Este es el riesgo tal vez más preocupante para el segundo semestre: la posibilidad de que los efectos acumulados y de segunda ronda de las subidas de tipos sobre la economía castiguen el crecimiento hasta el punto de neutralizarlo, incluso de provocar una recesión por error de cálculo, sobre todo en Europa. No es este nuestro escenario central. Aunque consideramos este riesgo, a pesar de todo estimamos PIBs trimestrales siempre superiores al 1% a lo largo de 2024, aunque algo inferiores a esa tasa en el segundo semestre de 2023, tanto en Europa como en Estados Unidos.
Pero el riesgo de un crecimiento a la baja aumenta en proporción directa con la agresividad de los bancos centrales. Sobre todo en el caso europeo, mientras el BCE no muestre voluntad - como no ha mostrado hasta ahora - de realizar alguna pausa, algunos descansos en las subidas, para observar acontecimientos y evaluar las consecuencias con más perspectiva. Eso evitaría errores como el cometido el verano de 2008 por Trichet, entonces gobernador del BCE, cuando siguió subiendo tipos hasta el 4,25% en plena Crisis Financiera, amparándose en el cuestionable argumento de que se trataba de una crisis americana y no europea. Inevitablemente, a continuación, se vio obligado a bajar tipos apresuradamente hasta 0% e incluso negativo.