Lo más seguro es que los precios del petróleo se mantengan en niveles más altos en los próximos años al mismo tiempo que la demanda vaya a ir repuntando y la oferta sigue siendo escasa. Se trata de datos confirmados por Goldman Sachs, cosa que asusta aún más. Se dice que los fundamentos del mercado garantizan precios más altos y que el pronóstico del banco para el crudo Brent es de 85 dóalres por barril para los próximos años.
No se trata por tanto de un choque invernal transitorio como podría serlo para el gas. Se trata del comienzo de un material que revaloriza el precio del petróleo. Por ello que el caso base de Goldman Sachs es que el Brent alcance los 90 dólares por barril para fin de año.
Las últimas semanas los futuros del crudo estadounidense subieron un 1,26% a 81,45 dólares por barril, mientras que los futuros del crudo Brent de referencia internacional subieron un 1,24% para negociarse a 84,21 dólares por barril el jueves por la tarde en Asia.
El mercado del petróleo está en el déficit más largo que hemos visto en décadas, y la demanda seguirá superando a la oferta en invierno. La falta de inversión en el suministro de petróleo mientras la demanda crece apunta a precios altos sostenidos.
Lo que está sucediendo en el mercado del carbón, donde los precios están en niveles récord porque la oferta se redujo más rápido que la demanda, es una señal de advertencia para el petróleo. La actividad de perforación petrolera no se ha recuperado mucho por el lado de la oferta, mientras que la demanda está creciendo. Es por ello que estamos sometidos a un déficit arraigado.
Nos enfrentamos a posibles déficits de varios años y al riesgo de precios significativamente más altos. La demanda se está recuperando aún más y realmente tenemos que empezar a ver esa inversión. La demanda de petróleo alcanzará nuevos máximos históricos en 2022 y 2023.


























































































