La subida de tipos tendrá un impacto limitado en los hogares recientemente hipotecados; mercado inmobiliario de la mano de la burbuja inmobiliaria


El ESRB realiza un seguimiento de una serie de variables del sector con el fin de observar tendencias con el potencial de provocar riesgos de carácter sistémico. En balance, aunque es cierto que se han puesto en marcha multitud de medidas en Europa, el parón ocasionado por la COVID-19 y el aumento de los desequilibrios tras el impacto inicial de la pandemia sugieren que actualmente las medidas son insuficientes.
De entre las economías que el ESRB señaló en 2019 (Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Suecia), solo Noruega está implementando una política macroprudencial adecuada y suficiente como para moderar el riesgo sistémico asociado a esas vulnerabilidades acumuladas en su mercado residencial. En el lado negativo destacan los casos de Dinamarca (sobre todo, debido al fuerte endeudamiento de los hogares, que supera el 220% de la renta disponible) y Luxemburgo (en este caso, al elevado endeudamiento de los hogares se une la relajación de los estándares crediticios), países en los que el ESRB considera que los riesgos son elevados y donde la política actual no es ni apropiada ni suficiente.
El precio de la vivienda alcanza un nuevo máximo histórico. Más que en 2007, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria.
— Julen Bollain (@JulenBollain) August 25, 2022
¿Qué puede salir mal? pic.twitter.com/nZgf3r8HTG
El ESRB no ha emitido ni alertas ni recomendaciones para la economía española. En principio, el riesgo de que se produzca una corrección brusca en el mercado inmobiliario es bajo. Por un lado, la actual tendencia alcista de los precios se explica por el fuerte desajuste entre una oferta estable y una demanda muy fuerte, que en muchos casos se trata de demanda de reposición, y, lo más importante, no se detecta un auge de compras por expectativa de revalorización del activo.
Por otro lado, no se observa un crecimiento excesivo del crédito, ni una relajación de los estándares crediticios, ni una excesiva exposición bancaria al sector (véase la siguiente tabla). Además, dada la mayor contratación de hipotecas a tipo fijo (del 60% en 2021 frente a menos del 3% entre 2003 y 2007), la subida de tipos tendrá un impacto limitado en los hogares recientemente hipotecados.
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