Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco, consultor y analista financiero: ¿Qué opinas sobre los datos del IPC y PPI de Turquía? ¿Permiten al banco central mantener una política monetaria demasiado laxa? ¿Tiene Turquía alguna posibilidad de volver a su objetivo de inflación? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
La economía turca vive en un perpetuo estado inflacionario que ha llevado a la Lira Turca a perder el 97.5% de su valor en lo que va de siglo
En este contexto, la pretensión de la gobernadora del banco central turco Gaye Erkan, de llevar esta tasa a niveles cercanos al 5%, parece un deseo más cercano a la utopía que a la realidad. Aunque por otra parte, marcarse un objetivo menos exigente a largo plazo, seria hacer dejación de funciones y una invitación a abandonar su cargo en el que lleva apenas un par de meses.
Para tratar de lograr este ambicioso pero por ahora irreal objetivo, Gaye Erkan abre la puerta a nuevas subidas de tipos de interés, siendo ella misma la encargada de inaugurar esta nueva etapa cuando tras asumir su cargo, realizó el primer incremento de tipos de interés en 27 meses, justo cuando la inflación comenzaba a disminuir de forma clara y evidente.
Resulta paradójico que tras obtener el banco central turco un resultado bastante satisfactorio combatiendo una inflación, que llegó a cotas cercanas al 90% anual y el 14% mensual, bajando el precio del dinero, sea precisamente con este cambio estrategia de abrazar el dogma ortodoxo de luchar contra la inflación subiendo tipos (650 Pb en junio y 250 Pb julio), cuando ésta se revuelve, y a las primera de cambio pase del 38.21% anual y bajando en junio, al actual 47.83% anual de julio; la primera subida de precios en 8 meses.
Es cierto que se puede alegar como atenuante el atractivo turístico de Turquía en verano, aún más ahora con la alta depreciación de la Lira, que también ayuda a potenciar las exportaciones turcas, explicando el incremento de precios de las materias primas
Todas estas afirmaciones son correctas al menos en parte, pero la exactitud y profundidad de todas ellas podremos analizarlas en unos meses tras ver si este repunte inflacionario es estacional o tiene más relación, de lo que a priori podríamos pensar, con la mencionada subida de tasas.
Para ello estaremos atentos a la próxima decisión de Gaye Erkan del 24 de agosto, donde de mantener la anterior estrategia de luchar contra la inflación manteniendo un alto diferencial de tipos, tocaría ahora detener la subida de tasas, para luego comenzar a bajarlas.
En caso de subirlas situaríamos una barrera en aquel 19% del verano de 2021
Superar esta barrera, implicaría un cambio en una estrategia que aparentemente estaba dando resultados, lo que nos llevaría a poder ver tipos en el entorno del 24-25%, con el riesgo de poner en entredicho la solvencia de las cuentas públicas, por el sobrecoste del endeudamiento, lo que a buen seguro no debe gustarle demasiado a Erdoğan.
Lo que sí está claro, es que la lucha contra esta inflación galopante no va a ser ni rápida ni indolora, que cambiar una estrategia que estaba dando resultados no parece sensato y que la Lira turca como moneda está amortizada.
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