Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco: ¿Cómo ves la situación económica en Gran Bretaña? ¿Cómo de larga y profunda podría ser la recesión que se avecina, dada la dura postura de línea dura del Banco de Inglaterra? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
Pasados ya dos años, desde que comenzaron los problemas inflacionarios de Gran Bretaña, podemos concluir que por ahora las medidas adoptadas por el Banco de Inglaterra no están surtiendo los efectos esperados en la lucha contra el aumento de los precios.
En un primer momento el repunte inflacionario fue tomado sin ninguna relevancia, y de hecho, no tuvo respuesta desde el propio organismo monetario británico, que tardó varios meses en reaccionar con una tímida subida de tipos ya muy a finales de 2021 cuando la inflación Core o subyacente, pisó el umbral del 4% y la general el del 5%, siendo evidente que hasta ese momento dominaba la corriente “laissez faire”.
El "Pais va tan bien"
— Sebastian Toro ???????????????????????? (@ToroDeArena) June 29, 2023
Que Gilinski quiere comprar GRUPO EXITO al mismo precio que bajo en la CRISIS FINANCIERA de 2009
y a precios de 2006.
Que tal que el pais fuera bien! pic.twitter.com/49Q1gNLJZL
Si la inflación hubiese sido ocasional y provocada por un sobrecalentamiento económico causado por lo que los expertos justificadores han dado en llamar el ahorro embalsado, que no es otra cosa que meter en la ecuación que como la gente no pudo gastar mucho durante el confinamiento, ahora ha entrado en una especie de frenesí consumista. Si esto fuera así, la subida de tipos de interés habría contenido los precios frenando efectivamente el consumo vía encarecimiento del crédito y mayor rendimiento del ahorro.
Pero esto no fue lo sucedido
La economía británica se enfrenta ahora a unas tasas del 5% para lograr por fin una inflación general de un solo dígito, 8.7%, mientras la subyacente rompe máximos de décadas en el 7.1%. Tras una primera parte del año en la que parecía que se lograba doblar la curva, comprobamos ahora que quizá todo fue un espejismo.
Llegados por tanto al momento actual, en el que el banco de Inglaterra sube tasas con todo el peso de la razón, pero con resultados estériles, la pregunta se centra en cómo afrontar esta situación sin causar una catástrofe irreparable.
Para tratar de encontrar una respuesta acertada debemos sumar al análisis el dato del endeudamiento público, ya que Gran Bretaña, como sucede en buena parte de Europa, no hablemos de EEUU, se encuentra inmersa en una enorme burbuja de la deuda, la cual crece y crece amparada y justificada en generosas políticas sociales propias de nuestro tiempo, las cuales han de financiarse, y dicha financiación entra en conflicto directo con la subida de tipos, ya que encarece su costo.
Si a lo anterior le sumamos que al subir tipos mermamos el consumo y la actividad económica y poniendo con ello en riesgo la posibilidad de financiamiento vía política fiscal, lo que obligaría a una excesiva monetización de la deuda, llegamos a la conclusión de que la economía británica podría estar ya inmersa en un círculo pernicioso que se retroalimenta. Gasto, deuda, expansión monetaria, inflación, subida de tipos, más gasto.
Solución. Dejar de gastar, menor presión fiscal, dejar de subir tipos, fomentar el comercio y optar por políticas sociales más incentivadoras, es decir asumir de una vez que estás en crisis.