En los mercados de renta variable, el Ibex 35 presentó un comportamiento relativo peor que el de la mayoría de bolsas a nivel mundial, pues experimentó un nivel de pérdidas superior al del resto de índices internacionales debido al peso específico que tienen en el selectivo español aquellos sectores que se han visto más afectados por la crisis, como la banca, el ocio o el turismo. Así, el Ibex 35 sufrió una brusca caída del 28,9 % en el primer trimestre del año con el estallido de la crisis sanitaria en marzo, de la que apenas se recuperó un 6,6 % en el segundo, para volver a caer un 7,1 % en el tercero.
En el cuarto trimestre, no obstante, presentó un importante avance, revalorizándose un 20,2 %, lo que permitió reducir las pérdidas anuales hasta el 15,5 %.
La negociación de acciones españolas disminuyó en 2020 por tercer año consecutivo, al contrario de lo observado en la mayoría de centros internacionales, y continuó el desplazamiento de parte de esta desde los centros de negociación españoles hacia otros centros de negociación y mercados competidores, cuya cuota de mercado se situó en el 46,1 %7 (42,6 % en 2019).
LAS ACCIONES DEL IBEX 35. REPASO SEMANAL 19/05/23 https://t.co/wA0YT8Pito vía @gerardortega_es
— Gerardo Ortega (@Ortega_Gerardo) May 20, 2023
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En los primeros meses de 2021 las cotizaciones bursátiles han mostrado una leve tendencia al alza, algo irregular e inferior a la registrada por otras referencias europeas
Así, el Ibex 35 presenta un avance del 6,2 %8, observándose una cierta polarización en el comportamiento de los diferentes sectores, algunos de ellos como el petróleo, la banca y el ocio, o el turismo y la hostelería, con revalorizaciones superiores al 10 % y otros como el de fabricación y montaje de bienes de equipo, la electricidad y el gas o el de electrónica y software, con retrocesos de hasta el 6,6 %.
La economía española se contrajo un 10,8 % en 2020, el mayor descenso de los países europeos
En 2020 el descenso del PIB de la economía española se situó en el 10,8 % como consecuencia de la contracción de la actividad en el primer trimestre y, especialmente, en el segundo, con tasas de crecimiento interanual del -4,3 % y el -21,6 %, respectivamente (-5,4 % y -17,8 % en tasas trimestrales). En el tercer trimestre la economía recuperó cerca de tres cuartas partes de lo perdido en el segundo, con un crecimiento trimestral del 17,1 %, mientras que en el último trimestre del año el crecimiento fue nulo, del 0,0 %.
Esta elevada contracción de la actividad doméstica fue sustancialmente mayor que la de la zona euro, con un retroceso del 6,8 %, lo que elevó el diferencial desde 0,8 p.p. hasta 4 p.p.
La mayor parte del descenso del PIB fue consecuencia de la disminución de la demanda nacional, cuya aportación al crecimiento de la economía fue de -8,8 p.p., mientras que la contribución del sector exterior, que había finalizado en terreno positivo en 2019, fue de -2,0 p.p. En relación con los componentes de la demanda interna, destacaron tanto la disminución del consumo privado como de la formación bruta de capital fijo, que fue de un 12,4 % y un 11,4 %, respectivamente. Por el contrario, el consumo público, a causa del aumento de los gastos derivados de la emergencia sanitaria, se incrementó un 3,8 % durante 2020 (en 2019 el aumento fue del 2,3 %).
En cuanto a la evolución del sector exterior, la ralentización del comercio internacional derivada de la pandemia provocó que tanto exportaciones como importaciones experimentaran un retroceso importante, aunque este fue mayor en el caso de las exportaciones y dio lugar a la mencionada contribución negativa de la demanda exterior al crecimiento del país. Así, las exportaciones se redujeron un 20,1 % de media durante el año, mientras que las importaciones lo hicieron un 15,8 %.