Creemos improbable que en este ciclo y en estas circunstancias el BCE cometa un error de aquella envergadura, pero sí podría calcular mal las fuerzas del actual ciclo económico, su supuesta insensibilidad a las subidas de tipos, empeñarse en reducir la inflación hasta su todavía objetivo del 2%, a pesar de que eso no es posible hacerlo porque tiene su origen en razones semiestructuales y de oferta (y no tanto de demanda, como la americana), y terminar anulando el crecimiento económico europeo durante unos trimestres.
Este es uno de los riesgos que más preocupan al mercado, aunque a nosotros nos preocupa menos que al consenso porque la fortaleza de los niveles de empleo es superior a cualquier otra situación parecida que haya tenido lugar en el pasado
Y, si el empleo resiste, la pérdida de impulso no llegará a ser grave. Aunque la inflación efectivamente remite tanto en Estados Unidos (+4,0%) como en la Eurozona (+6,1%, pero enseguida se moverá hacia niveles sólo algo superiores al 5%), a partir de ahora los retrocesos adicionales serán más difíciles de conseguir y, en todo caso, las tasas subyacentes parecen ancladas en el entorno de +5% (+5,2% y +5,3%, respectivamente). No será fácil que la economía americana reduzca rápidamente desde ahora su inflación por debajo del rango +3%/+4%, mientras que en el caso europeo el rango de resistencia estimamos se encuentra en torno a +4%.
Primero culpó a la covid de la inflación, luego fue la Guerra de Ucrania, ahora el cambió climático.... espera que pronto serán los extraterrestres.
— Terra cremada (@terra_cremada) June 24, 2023
La presidenta del BCE, Christine Lagarde:
“El cambio climático afecta a la inflación.." pic.twitter.com/ilTsH52u45
En términos prácticos esto significa que, si los bancos centrales quieren ganar dicho margen de actuación posterior, probablemente dispongan del tercer trimestre de este año para materializarlo puesto que es improbable que la inflación mejore sustancialmente desde los niveles actuales a lo largo de ese periodo.
Eso significa que la incertidumbre sobre el final de las subidas de tipos no se cerrará hasta probablemente octubre o noviembre, lo que no juega en favor de las bolsas a corto plazo
Más aún cuando los avances logrados por éstas hasta ahora en 2023 son lo suficientemente generosos como para considerar razonable una estabilización o incluso una toma de beneficios transitoria, que podría extenderse a lo largo de todo el verano. Porque el mercado necesita nuevos estímulos y la reducción de incertidumbres para atreverse a continuar avanzando. El nuevo estímulo clave estimamos será la mejora de los beneficios empresariales, que seguirán sorprendiendo positivamente, sobre todo en las tecnológicas. Y la incertidumbre clave a monitorizar seriamente es la identificación del final de las subidas de tipos.