Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco: ¿Cómo ves la situación de la inflación en la zona euro y la UE tras la lectura del IPCA del 30 de junio? ¿Podría haber más subidas de tipos de interés por parte del BCE de las que espera actualmente el mercado? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
Tras conocerse los indicadores adelantados del IPC del mes de junio, parece evidente que apostar a que el BCE suba los tipos de interés el próximo 27 de julio se paga más bien poco
En este momento muy pocos dudan de cuál va a ser la decisión que se tome y la única incertidumbre, si acaso, puede estar en la cuantía, siendo lo normal continuar la senda del cuarto de punto o 25 Pb.
De cumplirse estas expectativas el BCE situaría los tipos de interés a finales de julio al nivel que estaban al comienzo de la crisis del 2008, el 4.25%, momento en el cual no hubo dudas de que era urgente y necesario comenzar a bajarlo, cosa que por cierto se hizo a gran velocidad.
Muy interesante. Traduzco: "Los alquileres de apartamentos -0,6% intermensual en junio y 0 interanual. Los datos del IPC aún se acercan al +9% interanual (se refiere al famoso Shelter). Cuando se produzca la convergencia, ¡la inflación se acercará al 1! Rápido, ¡compren este… https://t.co/pRJSYaekrx
— José Luis Cárpatos (@carpatos) June 30, 2023
En el momento presente ya sabemos que el BCE debe decidir entre recesión e inflación, y a juzgar por las decisiones que viene tomando bajo el auspicio de la FED no cabe duda de cuál es su elección, con el riesgo cada vez más cercano de obtener ambas.
Los datos de inflación conocidos este viernes, nos indican un breve repunte en la subyacente en términos mensuales, que en sí es poco preocupante, sí preocupa un poco más su tendencia ya que percibimos que lleva tiempo marcando mínimos y máximos más altos, lo cual impide que la que realmente importa, la subyacente anual claudique de forma ostensible.
Y realmente ahí tenemos el caballo de batalla que el BCE se ve obligado a combatir, ya que mientras que con el IPC general en términos anuales se tiene más de la mitad del trabajo hecho y la tasa se sitúa en el 5.5% con un descenso de 0.6 puntos porcentuales, la inflación subyacente anual se presenta como un enemigo incansable y obstinado, que repele los sucesivos ataques del BCE y en junio vuelve a repuntar, es cierto que menos de lo esperado, sólo una décima, pero a costa de provocar un desgaste muy severo en el conjunto de la economía de la zona euro.
No es demasiado alentador ver cómo dicho índice inflacionario alcanzó su máximo en marzo de este año en el 5.7%, fecha desde la cual ha descendido tan solo al 5.4% actual
Con la inflación subyacente a estos niveles es evidente que el BCE no puede centrarse en otra cosa que no sea combatirla, pero la batalla para que regrese a niveles inferiores al 2% a día de hoy parece francamente complicada por no decir imposible.
La inflación empobrece a la población, las crisis económicas evidentemente también lo hacen, pero la acción combinada de ambas multiplica los efectos empobrecedores del conjunto de la sociedad, que por ahora en Europa parece resistir sin grandes conflictos, pero haría mal el BCE en confiar que siempre será así.
Una vez igualado el tipo máximo del 2008, el siguiente paso es terreno desconocido en la historia del organismo monetario europeo y debería calcular muy mucho sus siguientes movimientos y los efectos que desencadenan.