Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco: ¿Qué opinas al respecto de la situación económica de la zona euro tras las lecturas del jueves 29 de junio? ¿Qué duración y profundidad podría tener la recesión, dadas las próximas subidas de tipos? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
La lectura de la zona euro, no es muy diferente de la que podríamos hacer en EEUU, ya que en ambas regiones se hallan inmersos de lleno en la fase de negación de la realidad, la buena noticia es que algún día ésta acabará.
España se ha convertido en la primera gran economía de la eurozona en bajar la inflación por debajo del 2%
— El Plural (@El_Plural) June 29, 2023
↪La caída del IPC hasta niveles de marzo de 2021 demuestran la eficacia de las medidas aprobadas por el Gobierno pic.twitter.com/wS7EgpmkAO
En los últimos años y amparados siempre en la excusa de la excepcionalidad de los tiempos que vivimos, hemos oído mensajes sin sentido económico alguno que contradecían todo lo conocido acerca de los conceptos macroeconómicos más básicos.
Las políticas económicas ultra expansivas prolongadas en el tiempo no causarán inflación.
Monetizar la deuda no tiene por qué provocar inflación.
La inflación no es un problema, porque es totalmente transitoria y pasajera.
Subir tipos no causará desequilibrios aun en un entorno de alta deuda pública.
El sistema bancario es robusto, no habrá quiebras.
No habrá recesión.
La realidad:
La monetización a gran escala de la deuda europea, tras obligar a Alemania romper un dogma de casi 100 años, junto con el helicóptero monetario, trae inflación
Si devalúas la moneda abusando de su creación y estrangulas la oferta, la inflación se hace persistente
Si con alta inflación y alto endeudamiento, haces una subida salvaje y exprés de tipos, tiras al suelo el precio de los bonos de deuda pública, hundiendo parte del sistema financiero.
Los poseedores de bonos, en su mayoría la banca comercial, ven tambalear sus balances y comienzan a ser insolventes.
Llegan las quiebras, se necesita liquidez, la maquina monetaria vuelve a funcionar.
Aumenta la presión fiscal y se restringe la masa monetaria para luchar contra la inflación, lo que junto a la subida de tipos nos lleva a la recesión.
Estamos en estanflación
¡Felicidades!
Lo más sorprendente y preocupante es que en la zona euro el paciente que comienza a tener los peores síntomas es la tradicional locomotora, Alemania, que se encuentra oficialmente en recesión y con su banco central al borde del rescate
Al final todos estos vaivenes y la sensación generalizada de que no hay nadie al volante o peor aún, que el conductor no tiene carné, traen como consecuencia que ni los mercados ni los consumidores confían ya en el mensaje de sus autoridades monetarias, cuyas caras visibles, por cierto, no tienen ningún tipo de preparación académica para ostentar y defender su puesto.
Por este y otros motivos se afanan como buenos políticos en dejar claro que todo está bajo control, mientras los indicadores de confianza se tornan cada vez más negativos.
Llegado el momento debemos poner sobre la mesa la sospecha de que se ha estado cocinando una crisis, su aroma ya inunda la cocina y está a punto de estar lista. Pero es un plato solo para los ciudadanos, contribuyentes y consumidores. Cuando suene la campana del horno, veremos a los mercados en máximos históricos.