Según Gonzalo Bernardos, Profesor Titular de Economía de la Universidad de Barcelona, la devastadora sequía y la baja producción en otros países como Italia y Grecia han creado un escenario propicio para la especulación en el mercado del aceite de oliva. Bernardos señala que, aunque los agricultores se han beneficiado de los altos precios, las empresas envasadoras y los supermercados han sido perjudicados. El economista advierte que los elevados precios podrían persistir hasta los tres primeros trimestres de 2024 y que una disminución significativa en los precios podría no verse hasta 2025, siempre que mejoren las condiciones climáticas.
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Una sequía arrasadora ha diezmado la producción de aceite de oliva en España en la temporada 2022-23, recortándola a la mitad. A esto se suma que en Italia la bacteria Xylella fastidiosa ha infectado una porción significativa de sus olivos, contribuyendo así a una disminución del suministro global. Aunque se han hecho avances con métodos de cultivo más modernos y mecanizados, factores como el clima y el cansancio de los olivos han provocado una caída del 55,6% en la producción y un aumento del precio del 38,8% respecto al año anterior, medido en julio de 2023.
¿Es una burbuja el precio del aceite de oliva ????? ????
— Héctor Chamizo (@hectorchamizo) July 14, 2023
Mirad la evolución del precio (vía FT) en los últimos años. Es impresionante cómo ha roto por completo al alza.
Los que lo consumimos lo notamos cada vez más… pic.twitter.com/jimpIdMSBh
En un artículo publicado en el periódico Crónica Global, Gonzalo Bernardos, Profesor Titular de Economía de la Universidad de Barcelona, observa que España, siendo uno de los mayores productores mundiales de aceite de oliva, no ha podido contrarrestar el alto precio mediante importaciones debido a la caída de la producción en otros países productores como Italia y Grecia, lo que ha creado un ambiente propicio para la especulación. Unos pocos intermediarios, en su mayoría ubicados en Andalucía, han capitalizado esta volatilidad comprando aceite de oliva por adelantado y beneficiándose de los aumentos de precio, creando así una 'burbuja de aceite de oliva'.
En el aceite de oliva hay especulación, pero no la hacen los agricultores, ni las envasadoras, ni los supermercados. La realizan intermediarios expertos en aprovechar la elevada volatilidad del precio de aceite de oliva.https://t.co/JSTdFMjfpe
— Gonzalo Bernardos (@GonBernardos) September 7, 2023
Los agricultores, a pesar de la disminución en la producción, han logrado beneficiarse del incremento del precio, compensando los costes de producción elevados. Por otro lado, el gran incremento del precio en la cadena de suministro ha perjudicado a las empresas envasadoras y a los supermercados. Como resultado, las envasadoras han tenido que recortar sus márgenes de beneficio para seguir siendo competitivas, mientras que los supermercados han reducido el número de marcas ofrecidas y promovido sus propias marcas.
Entre octubre de 2022 y julio de 2023, las compras de aceite de oliva por parte de consumidores en España disminuyeron en un 41%, un descenso incluso mayor que el de las exportaciones, que cayó un 32%. Este dato demuestra que la demanda de aceite de oliva en España sigue elástica: cuando los precios aumentan, la cantidad comprada tiende a disminuir en un porcentaje incluso mayor.
Según Bernardos, es probable que los altos precios del aceite de oliva en España persistan durante el resto de 2023 y en los tres primeros trimestres de 2024, especialmente si la cosecha continúa siendo pobre. Una disminución significativa en los precios podría no ocurrir hasta 2025, siempre y cuando las condiciones climáticas sean más favorables, como un aumento significativo de la pluviometría en otoño y una primavera menos cálida que ponga fin a la sequía actual, especialmente en Andalucía.
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