La nueva fiebre del oro: El oro en las reservas de los bancos centrales

Presentamos este informe de la gestora de fondos Ostrum AM, que pertenece al grupo Natixis Investment Managers, en el que analiza las causas del actual boom del oro. Factores geopolíticos, como la Guerra de Ucrania, y de diversificación de las reservas en dólares por parte de los bancos centrales emergentes están detrás de este auge de la cotización.
- Los precios del oro han alcanzado máximos históricos;
- Las condiciones financieras son determinantes de las perspectivas de los precios a corto plazo;
- Sin embargo, la demanda, en particular de los bancos centrales, es un determinante importante a largo plazo;
- Desde 2008, la demanda de oro de los bancos centrales de los países emergentes se ha más que duplicado;
- Esto refleja la voluntad de diversificarse lejos del dólar por razones económicas y geopolíticas;
- El preciado metal amarillo también sirve para eludir sanciones internacionales.
El precio del oro batió un récord histórico al superar los 2.250 dólares por onza tras el último FOMC. En un año, el precio del oro ha subido un 12%. Aunque las condiciones financieras determinan las perspectivas a corto plazo del preciado metal amarillo, la creciente demanda de los bancos centrales de los mercados emergentes es un factor importante para su tendencia a largo plazo.
El oro tiene unas características únicas: carece de riesgo de impago y tiene un valor real. Estas propiedades le han dado un papel central durante el desarrollo de las monedas de "papel", que se basaban en el patrón oro, lo que significaba que las monedas eran canjeables por un determinado peso del metal amarillo precioso. Los bancos centrales occidentales mantuvieron entonces importantes reservas de oro para garantizar el valor de sus monedas hasta el final del sistema de Bretton Woods en 1971, que puso fin al papel del oro como garante del valor de las monedas mundiales.
Desde entonces, la proporción de oro en las reservas de los bancos centrales occidentales ha seguido disminuyendo, pasando de casi el 72% en 1956 al 20% a principios de los años 90, como muestra el gráfico siguiente.
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