Forex (del inglés; Foreign Exchange) es un mercado internacional de divisas, de hecho, uno de los más grandes e importantes del mundo de las finanzas teniendo en cuenta su facturación y liquidez. Hace varios años se trataba de un mercado prácticamente inaccesible para los inversores individuales. Sin embargo, actualmente, gracias a un mayor desarrollo de las ofertas de los corredores, el mercado Forex se ha convertido en un entorno en el cual los inversores individuales pisan muy fuerte.
Además de la liquidez ya mencionada, podemos mencionar ventajas tales como;
- Actividad continua (el mercado premanece abierto las 24 horas del día y 5 días a la semana)
- El apalancamiento financiero (la estándar de 1:30)
- Alta volatilidad diaria (el ATR diario supera los 100 pips para la mayoría de los principales pares)
Actualmente, podemos incluir también en el mercado Forex los CFD (contratos por diferencia), basados en los precios de los índices, materias primas, acciones y ETF.
Al hablar de los instrumentos, cabe destacar la amplitud y diversidad del mercado Forex. Se trata de un lugar en el cual cada trader podrá encontrar unas condiciones óptimas, independientemente de su estilo de inversión (seguimiento de una tendencia o consolidación) y la zona horaria.
Sin embargo, antes de entrar en más detalles acerca de las condiciones del manejo del mercado de divisas, merece la pena aclarar el concepto de day trading procedente del título. La definición general de day trader nos sugiere que se trata de una persona que abre y cierra sus transacciones a lo largo de una sola sesión (un solo día, en el caso del mercado Forex). Merece la pena enfatizar uno de los errores más comunes para los principiantes y es pensar que los day trader son inversores que operan todos los días. Un day trader profesional nunca determina un número mínimo de posiciones que va a abrir, e invierte sólo cuando observa que las condiciones para hacerlo son las óptimas, y nunca lo hace sólo por abrir o cerrar posiciones.
Obviamente, el day trading es sólo una de las tácticas que, al igual que tiene ventajas, tampoco carece de desventajas. Por un lado, el day trading es estilo de inversión caracterizado por un riesgo menos elevado (no dejamos posiciones abiertas durante la noche o durante el fin de semana), lo que limita las pérdidas causadas por, por ejemplo, los saltos de precios. Otra de las ventajas es la gran cantidad de señales; basamos nuestro análisis en gráficos de gran volatilidad en espacios de tiempo de 5 o 15 minutos. Por otro lado, el porcentaje de los costes de transacción en relación a los pequeños stop loss, es más alto que en el caso de los swing traders que abren unas pocas posiciones al mes, optando por unos stop loss más grandes. Si comparamos una orden de defensa media del day trader, de unos 10 pips, con la de un swing trader, de unos 50 pips, veremos que en el primer caso 1 pip del spread supone un 10 % de la orden de defensa, mientras que en el segundo caso, supone tan sólo un 2 % de la orden de defensa.
Sin embargo, si lo pensamos mejor, el day trading funciona bien siempre y cuendo queramos invertir en instrumentos de gran líquidez y dinámica; los CFD de los principales índices mundiales (SP500, DAX) y materias primas (petróleo u oro). Para un abanico tan amplio en instrumentos, como el que representa el mercado, independientemente de la zona horaria, daremos con varias señales de inversión a la semana que nos garanticen una gran probabilidad de tener éxito. Sin embargo, el trader necesitará disponer de herramientas que bien aplicadas le lleven a los beneficios financieros ayudándole a distinguir las señales de inversión de la demás información de menor importancia.