El IPC registró una variación interanual del 5,9% en enero (5,7% en diciembre). La inflación subyacente incrementó hasta el 7,5% en enero (7,0% en diciembre). La inflación núcleo (que excluye energía y todos los alimentos) se situó en el 4,9% (4,4% en diciembre).
La inflación general detuvo su tendencia bajista de los últimos meses al repuntar muy levemente en enero y se situó en el 5,9% (5,7% en diciembre)
Los componentes de la inflación evolucionaron de manera muy heterogénea. En primer lugar, la inflación núcleo repuntó con fuerza y se situó en el 4,9% (4,4% en diciembre). En segundo lugar, la inflación del componente de alimentos frenó ligeramente su escalada y creció un 14,6% interanual (1 décima menos que en diciembre), apoyado en la rebaja del IVA a alimentos esenciales.
Finalmente, el componente de energía cayó un 8,3% interanual (un 6,9% en diciembre), a pesar del fin de la bonificación a carburantes, gracias a que el componente de precios de electricidad continuó a la baja y se mantuvo muy por debajo del precio de principios de 2022.
La inflación de alimentos se estabiliza, apoyada por la rebaja del IVA
La inflación de los alimentos elaborados se mantuvo muy elevada, en el 16,5% interanual (1 décima más que en el mes anterior), mientras que la inflación de alimentos frescos se moderó hasta el 10,7% (7 décimas menos que en diciembre). Si nos fijamos en la evolución intermensual de los precios, observamos menores tensiones que en los meses anteriores.
Así, los precios de alimentos elaborados crecieron un 1,0% intermensual (2,6% en diciembre) y los precios de alimentos frescos, corregidos de estacionalidad, cayeron un 1,1% (+0,9% en diciembre)
Incluso si tenemos en cuenta el impacto de la rebaja del IVA, que según el dato del IPC a impuestos constantes restó 0,7 p. p. a la evolución mensual de los precios de alimentos elaborados y 1,6 p. p. a la de alimentos frescos, el crecimiento mensual de los precios de los alimentos fue menor que en el mes de diciembre.