Desde una perspectiva de economía política, hay que reconocer que, en un gran número de países, los aumentos significativos en los precios de los combustibles han resultado en importantes protestas sociales.
Hay que recordar las protestas que estallaron en nuestro país tras los aumentos de 2017, aun tratándose de una política necesaria, adecuada y progresiva, así como lo sucedido con los “chalecos amarillos” en Francia. Para las clases medias es complicado protegerse ante la variabilidad en los precios, por lo que muchos países intentan impedir aumentos significativos en los combustibles.
Un grave hackeo a Hacienda compromete los datos de medio millón de contribuyentes: han ido a por nombres concretos https://t.co/sRgjrVXNmO pic.twitter.com/dljAdwp4JB
— xataka (@xataka) November 11, 2022
Por todo lo anterior creo que se deben considerar alternativas de política que no impliquen subsidiar las gasolinas por sus mencionados efectos distribucionales y ambientales negativos, pero que busquen disminuir aumentos importantes.
Cuando el precio observado se ubique por deb