Se agravan los problemas de costes; tensión en los costes y lastre de la rentabilidad y capacidad competitiva de las materias primas del mercado de España

El sector olivarero se enfrenta a algunos problemas intrínsecos, que tensionan sus costes y lastran su rentabilidad y capacidad competitiva. En primer lugar, más allá del lógico impacto de las condiciones climatológicas (por ejemplo, la sequía que se produjo entre finales de 2021 y principios de 2022 ha deteriorado las perspectivas de producción para la campaña 2021- 2022), la variabilidad de las cosechas de aceituna34 influye en los costes (i) de explotación, especialmente en las explotaciones tradicionales no mecanizables, que representan el 22% del total y tienen un rendimiento inferior y unos costes superiores,35 y (ii) de extracción, sobre todo en las almazaras cooperativas, debido a la menor flexibilidad para ajustar su actividad y plantillas. Esto conduce, a su vez, a una elevada volatilidad de las cotizaciones y precios del producto.
Como cuenta @hectorchamizo la inflación general en España remite un poco, pero la subyacente continúa su proceso al alza. Para mi es una señal de que la inflación cada vez se está extendiendo más por los distintos sectores de la economía, es una mala noticia. https://t.co/5syJXdCc2T
— Pablo Gil (@PabloGilTrader) August 30, 2022
Gráfico de los datos del rendimiento y costes por tipología de explotación
Desde el sector también piden apostar por la cosecha temprana para regular la oferta y amortiguar el impacto de la vecería, ya que el olivo se recupera mejor. Además, adelantar la recolección de la aceituna genera aceites de oliva de mayor calidad, lo que, a su vez, genera mayores precios.
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