Una manera de analizar la pobreza energética es a partir del gasto en suministros, puesto que puede revelar dificultades a la hora de cubrir las necesidades energéticas del hogar. En la UE-27, un 13,4% de los hogares tuvo un nivel de gasto en energía que estaba por debajo de la mitad de la media nacional (en 2015, último año con información comparable disponible), lo que puede señalar una situación denominada a menudo «pobreza energética escondida».
Por otra parte, si medimos el gasto energético en proporción de los ingresos del hogar, se observa que un 15,1% de los hogares tuvo un gasto energético sobre los ingresos superior al doble que la media nacional, un gasto que suele calificarse como «desproporcionado».
¿Qué pasa con las cotizaciones de la energía?
#BolívarInmortal
— FreddyParedes (@freddyp44055243) December 17, 2022
Concluye en Panamá semana de la energía
Con llamados a la integración y no dejar caer a Latinoamérica en su avance en la transición energética este viernes concluyó en Panamá la VII Semana de la Energía en la región. pic.twitter.com/x6Eq3j4B2p
En ambas métricas, la dispersión entre países europeos es menor, lo que indica que la pobreza energética medida a partir del gasto en suministros era más similar entre países
En España, la situación en ambas métricas en 2020 no había cambiado sustancialmente respecto a los datos de 2015: un 10,3% de los hogares tenía un nivel de gasto muy bajo (13,0% en 2015) y un 16,8% de los hogares un gasto desproporcionado con relación a sus ingresos (14,2% en 2015). Como vemos, la pobreza energética es un fenómeno multidimensional, por lo que no es fácil estimar cómo la crisis actual está afectando a cada dimensión. Dimensiones como la incapacidad de mantener la vivienda a la temperatura adecuada dependen, sobre todo, de una mala situación ya de partida del hogar, por lo que, según simulaciones de la Comisión Europea,5 los aumentos de precios de los suministros derivados de la crisis tienen un impacto relativamente pequeño por lo que respecta a esta dimensión. En cambio, estos precios más elevados sí que impactan más sustancialmente en las dimensiones relacionadas con el nivel de gasto.