Las tensiones sobre el techo de deuda, así como el cambio de perspectiva en la calificación crediticia del Tesoro estadounidense por parte de Fitch (que, pese a mantener su calificación en AAA, cambió su perspectiva a «negativa» en vez de «estable») y la publicación de los datos económicos de abril, causaron un paulatino y generalizado repunte de la rentabilidad de la deuda soberana en los tramos cortos en las primeras semanas de mayo, profundizando en la inversión de las curvas.
No obstante, tras aclararse las negociaciones políticas en los últimos días del mes, estos repuntes se revirtieron tanto en EE. UU., como, de forma aún más acusada, en la eurozona.
En este gráfico de Zerohedge se puede ver lo poco fiables que son las predicciones de precios del SP500 para una fecha futura por parte de los grandes bancos de inversion pic.twitter.com/Kq22rQJlkn
— José Luis Cárpatos (@carpatos) June 11, 2023
Gráfico con los datos de los tipos de interés de la deuda soberana a 2 años
Aquí la desaceleración de la inflación en mayo y unas encuestas empresariales que siguen señalando la debilidad del sector industrial hicieron que las referencias a 2 años terminasen el mes prácticamente planas. Destaca también el Reino Unido, donde los malos datos de inflación subyacente hicieron repuntar con fuerza la rentabilidad de la deuda a 2 años hasta niveles superiores al 4,5%.
Las mayores expectativas de tipos de interés en EE. UU. y la incertidumbre ante la negociación del techo de deuda aprecian el dólar
En mayo, se revirtió la tendencia de depreciación experimentada por el dólar desde principios de marzo que se explicó por haberse originado la inestabilidad financiera en la banca regional estadounidense, lo que disminuyó las expectativas para los tipos de interés de referencia de forma mucho más acusada para la Fed que para el BCE y favoreció al euro. Sin embargo, el rol del dólar como activo refugio ante la incertidumbre del techo de deuda, así como el paulatino repunte en las expectativas de subidas de tipos en EE. UU., favorecieron la apreciación de la divisa estadounidense frente a sus principales pares. Así, tras haber sobrepasado el nivel de 1,10 dólares por euro, el dólar se apreció un 3%, hasta situarse por debajo de 1,07 dólares por euro. El dólar también se apreció frente al yen (2,2%), aunque se depreció frente a la libra esterlina (1%), ya que los datos de inflación en el Reino Unido podrían presionar al Banco de Inglaterra para acometer mayores subidas de tipos.
Debilidad de las bolsas europeas y chinas por el impacto de una reapertura de China más débil de lo esperado
Mayo fue el mes de mayor debilidad bursátil en lo que llevamos de año en Europa, tanto en el Euro Stoxx 50 (–3,2%) como en las principales plazas nacionales, entre las que destacó negativamente el PSI-20 portugués (–7,8%). Esta evolución se explica tanto por un peor desempeño de las cotizaciones bancarias, como por las caídas en el sector del lujo (de particular impacto en los índices italiano y francés), lastrado por una reapertura china que no ha cumplido las expectativas. Esto también ha pesado sobre el índice Hang Seng de Hong Kong, que cedió más de un 8% en el mes, hasta sus mínimos del año. En EE. UU. destacó el buen desempeño del sector tecnológico (Nasdaq +7,5% en el mes) en comparación con el resto de los sectores (S&P plano con +0,2%). Reseñable también el desempeño bursátil de la banca regional estadounidense: pese a que el índice KBW cedió un 6% en el mes, el rápido deterioro de marzo y abril parece haber cesado, con varias entidades mostrando en su presentación de resultados una estabilización en sus depósitos.