Los resultados de este análisis apuntan a que el gasto en inputs energéticos supone un 4,1% de los ingresos totales de la industria manufacturera (producción a precios de venta). A priori, esta cifra no evidenciaría que la energía es un factor de producción que arrastra una parte excesiva de los recursos del sector.
Francia pone al Gobierno de Sánchez como ejemplo de descontrol en el precio de la luz:
Francia pone al Gobierno de Sánchez como ejemplo de descontrol en el precio de la luz. «Mirad lo que pasa en España, con un aumento de facturas de la electricidad del 60%, 70%, 80% y nosotros, el 4%», ha dicho el ministro de Economía francés.
No obstante, hay cinco ramas industriales (la química, la metalurgia, la petrolera, la del papel y la auxiliar de la construcción) que sí presentan una dependencia de la energía relativamente elevada, que va desde el 7,2% (la química) hasta el 13,6% (la de auxiliar de la construcción)
Estas industrias más expuestas estuvieron más presionadas a incrementar los precios de venta de su producción ante las alzas en los precios de la energía vividos en 2021, tal y como se puede observar en el gráfico de dispersión, donde, si excluimos el caso de la industria auxiliar de la construcción, la correlación entre el incremento de precios industriales y el peso del consumo energético presentan una correlación positiva muy clara.
En el caso concreto de la industria auxiliar de la construcción (fabricantes de cementos y otros minerales no metálicos), la gran exposición a la energía no se ha transmitido a precios debido a que buena parte de las ventas del sector se efectuaron con precios pactados a inicios de 2021, si bien, para 2022, el incremento de precios de venta debería hacerse efectivo.
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Gráficos con datos relevantes del mercado
Si bien este ejercicio es muy ilustrativo, el contexto que estamos viviendo en 2022, con las presiones que está generando la guerra en Ucrania sobre los precios de la energía, nos empuja a dar un paso más a la hora de entender las presiones que podría sufrir cada sector industrial a incrementar precios, sacrificando parte de su demanda y buscando salvaguardar sus márgenes. Para ello, hacemos un análisis de la sensibilidad de los resultados económicos del sector a un incremento de los precios del suministro de gas, de electricidad y de los precios del petróleo en España.
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Así, ya no solo tenemos en cuenta el peso de la energía en los factores de producción, sino también el peso que tiene en la estructura de costes total, incluyendo la remuneración de asalariados
Para ello, cruzamos los resultados de exposición al consumo de energía que hemos extraído anteriormente de las tablas input-output con los datos de contabilidad nacional de cada industria disponibles para el año 2019. Esto nos permite analizar cómo variaría el excedente bruto de explotación (EBE) de cada industria en un escenario de incremento de costes debido a mayores precios de la energía, en el caso hipotético de que no ajustasen sus precios de venta.9 Concretamente, para este ejercicio asumimos un incremento anual de los precios de la energía del 50% en gas, petróleo y electricidad, similar a lo observado en 2021.