Aunque la contratación bursátil siguió concentrada en un número reducido de valores, esta concentración disminuyó ligeramente durante 2020 en beneficio de las compañías de tamaño intermedio. Así, fueron necesarios 9 y 16 valores para acumular el 50 % y el 75 %, respectivamente, del importe contratado en el SIBE (5 y 13 valores en 2019). De la misma manera el número de valores necesarios para alcanzar el 90 % de la negociación del mercado aumentó de 24 a 30 sociedades.
Los valores más contratados apenas variaron29 respecto a los últimos ejercicios (Iberdrola, Banco Santander, Inditex y BBVA), a los que se incorporó Repsol en sustitución de Telefónica, todos ellos componentes del índice español y, en el caso de las tres primeras sociedades, del europeo Eurostoxx 5030.
#MERCADOS #INVERSION #IBEX35 Con el Indice Selectivo Español enfrentandose a la resistencia zona 9.300 puntos, #futuros sobre mercados #EUROPA (#DAX #EUROSTOX planos con #USA decantándose por apertura bajista. Nada decidido aún en alta volatilidad ayer cerrando IBEX35 en recorte. pic.twitter.com/SqT7cOHaLs
— Ocean (@JCPF_Carlos) March 2, 2023
Posiciones cortas
La información recibida por la CNMV sobre las ventas de valores en corto muestra que su posición agregada aumentó ligeramente durante 2020 hasta situarse al cierre del año en el 0,73 % de la capitalización total de los valores del mercado continuo, por encima del 0,66 % de 2019. A finales del ejercicio, 3 valores presentaban una posición corta superior al 5 % (frente a 1 único valor que alcanzaba dicho umbral a finales de 2019) y existían posiciones cortas netas superiores al 2 % de su capitalización individual sobre 17 valores (14 valores al final de 2019).
Entre las mayores posiciones cortas por valores individuales se situaban varias compañías de los sectores de las energías renovables, la construcción y la tecnología
En 2020 la CNMV adoptó varias decisiones para restringir la operativa en corto. Estas decisiones se iniciaron a mediados de marzo en los primeros compases de la crisis del COVID-19, en un contexto marcado por las fuertes caídas de las cotizaciones y aumentos significativos de la volatilidad, y finalizaron en mayo (véase el recuadro 4 para un mayor detalle sobre estas decisiones, así como sobre sus efectos en algunos indicadores relevantes de los mercados financieros). Otros supervisores de valores europeos adoptaron decisiones similares durante ese periodo.