Falta de plan de devaluación sólido en Argentina: Salvador Vitelli resalta consecuencias negativas y predice incertidumbre económica y fragilidad continua

Salvador Vitelli, economista de Romano Group, ha destacado en un reciente artículo las repercusiones mayormente perjudiciales de la falta de un plan de devaluación sólido en Argentina. Vitelli señala que la adopción del sistema "crawling peg", cuyo propósito era estabilizar el tipo de cambio y mitigar la inflación, en la práctica ha exacerbado la inflación y ha tensado el mercado de divisas, afectando tanto a las importaciones como a las exportaciones. El Banco Central enfrenta dificultades significativas, intensificadas por medidas como el "dólar soja", creando un ambiente de incentivos distorsionados y complicaciones adicionales. Vitelli enfatiza la fragilidad del contexto macroeconómico, la percepción del mercado de una devaluación insuficiente y predice una incertidumbre económica y fragilidad contínua para Argentina, especialmente en el período previo a las elecciones.
En un artículo reciente, Salvador Vitelli, economista de Romano Group, subraya cómo la ausencia de un plan concreto, de comunicación y de un punto de referencia firme en el proceso de devaluación en Argentina ha traído consigo consecuencias predominantemente negativas en el ámbito macroeconómico, agudizando la inflación y debilitando la cuenta corriente nacional. Parte de esta situación se debe a la adopción de una dinámica cambiaria denominada "crawling peg", que pretendía estabilizar el tipo de cambio para contener la inflación. No obstante, en la realidad, esta ha provocado una apreciación de la moneda y ha intensificado la demanda de divisas, impactando de forma negativa tanto a las importaciones como a las exportaciones.
Vitelli indica que el Banco Central de Argentina enfrenta dilemas debido a este panorama, donde la demanda de divisas se intensifica al tipo de cambio oficial mientras que la oferta se contrae, creando tensiones en el mercado de divisas. Menciona la aparición del “dólar soja” y otras ediciones del Programa de Incremento Exportador, como medidas que han generado complicaciones y han establecido un juego de incentivos perversos, donde el sector no liquidaba divisas a menos que haya un tipo de cambio diferencial o una devaluación.
La devaluación, señala Vitelli, se ha realizado en un contexto macroeconómico frágil, sin políticas coherentes a nivel cambiario, fiscal y monetario, resultando en un traspaso a precios y en la pérdida de competitividad. El mercado ha percibido que la devaluación ha sido insuficiente, y con una inflación de dos dígitos y un tipo de cambio fijo, la expectativa es que la situación económica será peor.
Vitelli resalta que, para octubre, Argetina podría enfrentarse a un tipo de cambio real similar al de los niveles pre-devaluación, pero con el doble de nominalidad, lo que implicaría una fragilidad añadida. Argumenta que los incentivos para devaluar decrecen a medida que Argentina se avanza hacia las elecciones y, si el oficialismo persiste en su política cambiaria, se podría ver una mayor apreciación de la moneda para el tiempo de las elecciones, más aún si el oficialismo gana terreno en la segunda vuelta.
Como reflexión final:
— Salvador Vitelli (@SalvadorVitell1) September 25, 2023
Una vez más, las acciones sin plan, sin rumbo, sin comunicación, dejan a una Argentina en un peor escenario que antes, y medidas de mayor ímpetu, y posiblemente en detrimento de una sociedad agonizante, serán necesarias.
Otra vez, "El futuro llegó, hace…
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