Evolución de la cartera en 2023, ¿cuánto cotiza el índice Ibex 35 y el índice EuroStoxx50? La rentabilidad anual mínima objetivo de +2,9%/+3,4% se justifica partiendo de la inflación esperada a 5 años para la Eurozona

La Cartera de Acciones Dividendo mantiene un buen comportamiento desde inicio de año, con una rentabilidad acumulada del +12,8%, compuesta por un +12,4% proveniente de la inversión (principal) y un +0,4% de los dividendos percibidos. En febrero, en el que no se registraron pagos de dividendos, la revalorización fue de +4,6% (vs 4% del Ibex35 y 1,8% del EuroStoxx50).
Proponemos dos cambios en la Cartera: salimos de Mercedes Benz y Mapfre, con revalorizaciones del +18,3% y +12% respectivamente en los dos primeros meses del año, lo que limita sus potenciales. Entramos en Redeia (Red Eléctrica) que recortaba en feb (-3,3%) y cuenta con una elevada visibilidad en sus flujos de caja, con una RpD esperada del 6,4% en 2023e. Entramos también en Allianz ante: (1) buena evolución operativa; (2) reducción de riesgos y (3) mejora de su ratio de Solvencia, que le permite incrementar el dividendo esperado para 2023 (RpDe 5,5%).
Bolsa de España aumenta un 1,47% y se ubica en 9.464,2 enteros, tras publicarse IPP de la eurozona https://t.co/zk3cPAtlSW
— ValorFuturo (@ValorFuturo) March 3, 2023
El objetivo es entregar una rentabilidad anual mínima entre +2,9% y +3,4% procedente directamente de los dividendos abonados por las compañías en cartera, pero conservando al menos intacto el patrimonio (i.e., manteniendo intacta la inversión inicial) en mediciones de 3 años móviles. Es decir, entregar una rentabilidad anual de +2,9%/+3,4% sin que la inversión pierda valor en un periodo móvil de 3 años. Si ésta se revaloriza, proporcionará una rentabilidad implícita adicional a la obtenida por dividendos, pero no será un objetivo por sí mismo sino una consecuencia indirecta… ¡aunque deseada!
La rentabilidad anual mínima objetivo de +2,9%/+3,4% se justifica partiendo de la inflación esperada a 5 años para la Eurozona (+2,4%), que sería la pérdida de valor nominal anual de la inversión por la erosión de precios, más un diferencial real de entre 50 y 100 pb anuales como objetivo autoimpuesto. En definitiva, el objetivo es obtener una rentabilidad nominal anual equivalente a la inflación esperada a inicio de cada año, más 50/100 pb.