Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco: ¿Cómo comentarías toda la serie de lecturas del PMI de la economía europea? ¿Qué dicen los sentimientos en la industria y los servicios sobre el futuro de la economía europea? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
Los PMI se basan en encuestas realizadas a directivos de empresas acerca del sentimiento del sector industrial y de servicios. Con ellos podemos tener una idea aproximada del pulso que éstos directivos le toman a su sector en particular y a la economía en general.
Una lectura rápida de estos PMI, nos indica que la segunda mitad del año se presenta dura, ya que tras un primer tercio en el que los PMI de servicios lograban mantener la confianza global en terreno optimista, siendo capaces incluso de compensar la negatividad del sector manufacturero, hemos entrado en una fase en la que el sector servicios ya no se siente tan positivo, lo que ha hecho que el PMI global (servicios + manufacturas) caiga por debajo de esos 50 puntos que marca la barrera entre perspectivas positivas y negativas.
El #PMI compuesto (@SPGlobalPMI ) de la #Eurozona volvía a mostrar contracción enfriando el ánimo de los inversores ▶️https://t.co/7TWyI9KOoC#Economía #Mercados pic.twitter.com/qEkKe3G23C
— Consenso del Mercado (@consensomercado) July 6, 2023
Pero quizá podamos afinar un poco más el análisis
El sector de las manufacturas es tradicionalmente muy sensible a los cambios de los tipos de interés, debido a su dependencia de la financiación externa, por este motivo no es extraño que cuando en junio del pasado año el BCE comenzó la política subida de tipos para contener una inflación aún incipiente, pero que tras las políticas de estímulos de los últimos años estaba claro que no era transitoria, los PMI manufactureros comenzaron a mostrar los primeros síntomas de pesimismo dentro un sentimiento bastante optimista, basado en un entorno económico que salvo por el conflicto ruso-ucraniano, veía cómo el comercio y la actividad económica general volvía a renacer tras el fin de las restricciones sanitarias mundiales.
Este mismo aumento de tipos también marca un punto de inflexión en los PMI de servicios. La gran banca y las aseguradoras temen el efecto que un alza en los tipos de interés pueda ocasionar en el balance de sus activos, con lo que el descenso en la confianza es muy abrupto en este caso.
En consecuencia, tenemos un PMI global que en el último trimestre del año 22 se encuentra por debajo de los 48 puntos
Sin embargo y a pesar de que el BCE no abandona su discurso, en la primera parte del 2023 regresa el optimismo, las bolsas suben, las crisis bancarias son contenidas, la guerra no escala, y la inflación ya no parece tan indomable; la pausa de los tipos llegará tarde o temprano, eso al menos piensan en el sector terciario, mientras la industria ve como con cada aumento de tipos, también lo hace su dificultad para financiarse tanto a sí mismo como a sus potenciales consumidores.
Si los PMI globales pasaron de 50.3 en enero a 54.1 en abril del 23, lo hizo por el optimismo del sector servicios ante una hipotética pausa en la subida de tipos, gracias a una inflación creciente pero a tasas decrecientes.
Sin embargo, ahora vemos cómo la certeza de que al BCE le importa bien poco la actividad económica de la región y que su único incentivo es controlar precios, ha provocado que en solo un mes los PMI de servicios caigan 3 puntos, de 55.1 a 52, mientras el global se vuelve abiertamente pesimista al situarse por debajo de los 50, al tiempo que nada cambia para el sector industrial que sigue depresivo.
No será hasta el momento en el que los bancos centrales entiendan que si la inflación que ellos mismos han ayudado a provocar es perversa, una recesión con inflación es aún peor, cuando podremos volver a recuperar parte del optimismo perdido.
Fuente de la imagen principal: depositphotos