La semana pasada cerró prácticamente sin cambios en bolsas. Semana corta de 4 días, influenciada por el recorte de producción de la OPEP, el banco central de Nueva Zelanda y el empleo americano. Estas dos primeras variables con impacto negativo, ya que el recorte de la OPEP presiona las expectativas de inflación y el RBNZ sube tipos por encima de lo esperado (+50pb), acompañado de un mensaje más bien duro.
El empleo americano desaceleró, aunque mostrando fortaleza: las Vacantes de Empleo (Jolts) aflojan, pero se sitúan en 1,67x/desempleado, la Creación de Empleo No Agrícola se sitúa en 236k (marzo; vs 326k anterior) y la Tasa de Paro se mantiene prácticamente en mínimos históricos (3,5% vs 3,6% anterior). Por tanto, semana con pocos alicientes en la que los datos clave de empleo se publicaron el viernes con las bolsas cerradas.

Tabla con las cotizaciones de los índices del mercado
Afrontamos una semana relevante en el plano macro, ya que encajaremos el impacto de las dos principales referencias para la Fed: empleo e inflación
Hoy será una sesión a medio gas, con bolsas todavía cerradas en Europa y en la que EE.UU. cotizará los datos de empleo que conocimos el viernes. Si bien, el impacto será limitado y las bolsas quedarán a la espera de lo que suceda el miércoles con los datos de inflación americana, correspondientes al mes de marzo. En línea con lo visto en Europa, la lectura general desacelerará principalmente debido a un “efecto base”, tendencia que debería mantenerse en registros futuros. Nos encontraremos con una inflación que ya se encuentra en el entorno del 5% con unos tipos de interés prácticamente en los mismos niveles (4,75%/5,0%).
Una posición más cómoda para la Fed, que tendría por delante una subida de tipos más (mayo) o incluso ninguna
Esto es creíble si la inflación subyacente empieza a reaccionar. En los próximos registros se estancará o podríamos ver algún ligero repunte, pero es algo que entra dentro de lo normal, ya que se mueve con cierto decalaje (3 meses) en relación con la lectura general. Además de la inflación, a lo largo de la semana tendremos otras referencias macro relevantes en EE.UU. (ventas minoristas, producción industrial) y en Europa (ventas minoristas), que pierden capacidad de influencia ante lo realmente importante. A este cóctel macro, se sumará el inicio de la temporada de resultados. La realidad es que se espera un 1T 2023 francamente malo en EE.UU., con contracción de BPAs de -6%/-8%. Esto puede jugar a favor ya que facilita que haya sorpresas positivas y las compañías comenzarán a ofrecer una visión más constructiva sobre la segunda parte del año.
Este será el peor trimestre en términos de variación de BPAs en EE.UU, mientras que en Europa los peores registros llegarán en el 2T y 3T, lo que cerrará progresivamente el diferencial de rentabilidades que mantienen
LVMH (miércoles) dará el pistoletazo de salida en Europa, mientras que JPMorgan y Wells Fargo (viernes) serán las primeras compañías de renombre en publicar en EE.UU. Estas últimas con crecimientos de BPAs esperados de en torno a +30%, lo que daría cierta tranquilidad. En definitiva, con estas variables tendremos una semana positiva para las bolsas. Reforzamos nuestra estrategia pro-riesgo y subiremos exposición a renta variable, si los datos de inflación americana no decepcionan. Afrontamos una segunda mitad de año con inflación aflojando (también la subyacente), sin subidas de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales y con una visión más constructiva en resultados empresariales. El balance es favorable para las bolsas, aunque veamos cierta erraticidad en el corto plazo tras el buen inicio de año.