Probablemente, el más importante será el dinamismo de los mercados laborales, particularmente en Estados Unidos, pero también en la eurozona y otras economías, que posibilitará subidas salariales importantes en términos nominales, aunque negativas en términos reales. Pese a la política monetaria contraccionista y la moderación de la actividad, la oferta laboral podría seguir relativamente limitada; en muchos países, la población económicamente activa seguiría relativamente acotada, debido al aumento de las jubilaciones y los limitados flujos migratorios durante la pandemia.
¿Cuáles son Los Objetivos de Usar el Petro?:
#7Enero#VenezuelaProspera
— DR. RAUL LEONETT C. (@DrRaulin) January 8, 2023
¿Cuáles son Los Objetivos de Usar el Petro?
✅Superar el bloqueo financiero impuesto por Estados Unidos y la Union Europea.
✅Acabar con el dólar paralelo, que distorsiona la economía venezolana.
✅Llevar la inflación a cero#APP pic.twitter.com/xkvrMP2KgP
Muchos indicadores sugieren que ante un escenario de escasez -potencialmente estructural- de mano de obra, muchas empresas se resistirán a recortar su fuerza laboral
A su vez, la relativa resiliencia de los mercados laborales seguirá apoyando el consumo privado, facilitando el traslado de los mayores costes de producción a los precios finales. En ese contexto, lo más probable es que los bancos centrales sigan aumentando los tipos de interés, al menos en las economías desarrolladas, donde el ciclo alcista empezó más tarde que en la mayoría de países emergentes. Se espera que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo suban los tipos de referencia hasta al menos 5,0% y 3,75%, respectivamente, en los próximos meses y que, luego, los mantengan inalterados al menos hasta el final de 2023.
Además, los programas de reducción de balances de los bancos centrales en estas -y en otras- regiones contribuirán también al endurecimiento de las condiciones monetarias
Pese a la relativa fortaleza del consumo privado, lo más probable es que el ajuste monetario en marcha termine reduciendo el crecimiento y eventualmente contribuya a recesiones cortas y suaves, al menos en Estados Unidos y Europa. En esta última, pesaría, además, el alto coste de la energía, aunque un entorno de escasez de gas parece que se va a evitar. El crecimiento mundial se reduciría, así, desde 6,3% en 2021 y 3,3% en 2022 a aproximadamente 2,3% en 2023, un nivel inusualmente débil. Escenarios más positivos -como recientemente anticipaban los mercados financieros- o más negativos -incluyendo una recesión profunda y una crisis financiera- son posibles. Al final, todo dependerá de cómo evolucionará la inflación, que seguirá acaparando la atención en 2023.