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Un paso por delante de Wall Street-Book Review

Un paso por delante de Wall Street-Book Review | FXMAG
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Una buena lectura para un buen inversor - 1Una buena lectura para un buen inversor - 1Uno de los clásicos de la literatura bursátil que siempre recomendamos para iniciarse en la inversión es Up on Wall Street: How to use what you already know to make money in the market publicado en 1989 y que ha sido traducido como Un paso por delante de Wall Street, Deusto (2015).

Su autor, Peter Lynch, es considerado uno de los mejores gestores de fondos de la historia al lograr una rentabilidad media anual del 29,2% en los 13 años comprendidos entre 1977 y 1990 durante los cuales estuvo al frente del Fidelity Magellan Fund.

Entrando en materia, este libro se divide en tres partes; prepararse para invertir, escoger a las ganadoras y la visión a largo plazo.

Parte I: Prepararse para invertir.

En esta primera parte Lynch presenta desde su experiencia personal cuales son en su opinión las bases y aptitudes que debería tener un inversor. El autor concibe la inversión en bolsa como un arte y critica el aprendizaje cuantitativo y teórico de las carreras y MBA centrados en el estudio de teorías y modelos de mercado.

“Invertir en Bolsa es un arte, no una ciencia, y la gente que se ha formado para cuantificarlo todo rígidamente tiene una gran desventaja”

Por último, en esta parte Peter Lynch menciona algunas de las cualidades personales que debe tener un inversor.

“Las cualidades personales que debería poseer para ganar deberían incluir la paciencia, la autoconfianza, el sentido común, la tolerancia al dolor, la apertura de mente, el distanciamiento, la persistencia, la humildad, la flexibilidad, la disposición a realizar investigaciones independientes, idéntica disposición a admitir errores, y la capacidad de ignorar el pánico a su alrededor.”

Parte II: Escoger a las ganadoras

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Se trata de la parte principal del libro en la que, Peter Lynch establece unos parámetros y recomendaciones al invertir como por ejemplo buscar empresas que conoce ya sea porque es consumidor habitual de sus productos o se dedique al sector en el que opera la compañía.

“Invierta en cosas que conozca”

Lynch considera que es el mejor punto de partida para decidir su inversión y asentar las bases para iniciar una investigación más profunda sobre la situación en libros de la empresa, rentabilidades pasadas y futuras, ratios y su posición en el sector/entorno.

“Invertir sin investigar es como jugar al póker sin mirar en ningún momento las cartas.”

Para facilitar el análisis de las empresas Peter Lynch las divide en las siguientes categorías: valores de bajo crecimiento, valores estables, valores de alto crecimiento, valores cíclicos, valores de activo oculto y valores recuperables.

  1. Valores de bajo crecimiento

Se trata de grandes empresas de larga trayectoria que tienen un crecimiento algo superior al del PIB. Un ejemplo habitual de esta categoría son las empresas eléctricas que tienen un negocio estable y pocas expectativas de crecimiento por lo que proporcionan un dividendo generoso y regular para los accionistas.

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  1. Valores estables

Se consideran empresas estables aquellas compañías grandes y consolidadas que todo el mundo conoce como lo son Coca-Cola, Procter and Gamble, Colgate-Palmolive o 3M. El crecimiento anual de estas empresas no es muy alto, no obstante, sí es superior a las empresas de bajo crecimiento y las ganancias dependerán del precio al que se compren.

Para Lynch estas empresas son una buena protección en etapas de recesión.

  1. Empresas de alto crecimiento

En esta categoría Lynch incluye a las empresas nuevas, pequeñas y agresivas que crecen entre un 20 o 25 por ciento anual. Lo ideal según el autor es buscar estas empresas que lo están haciendo especialmente bien en sectores de bajo crecimiento. Un ejemplo sería los hoteles Marriott que crecía al 20% a lo largo de la década de los 80s dentro del sector hotelero que crecía al 2% anual. Lo mismo ocurrió con empresas como The Gap en el sector textil, Taco Bell en el negocio de comida rápida o Wal-Mart en los grandes almacenes.

“Todas estas empresas de nueva creación encontraron la fórmula del éxito en un lugar, y luego la repitieron una y otra vez”.

  1. Empresas cíclicas

Según Lynch, en esta categoría encontramos las empresas del sector automovilístico, las aerolíneas, los fabricantes de neumáticos y acero o las empresas químicas. Estas empresas son muy sensibles a los ciclos económicos, cambios tecnológicos o del sector.

“Una empresa cíclica es aquella cuyas ventas y beneficios suben y bajan de manera regular, aunque no completamente predecible.”

Las compañías que se encuentran clasificadas en esta categoría son grandes y ampliamente conocidas por los inversores por lo que, es muy importante distinguirlas de los valores estables.

“Las cíclicas son las más incomprendidas de todas las acciones. Es aquí donde el inversor desprevenido pierde más a menudo su dinero, y le ocurre con acciones que considera seguras. Como la mayoría de las cíclicas son empresas grandes y conocidas, la gente tiende a ponerlas en el mismo paquete que las estables.”

En su libro Lynch destaca el buen retorno que pueden dar estos valores, aunque también nos advierte de la dificultad de invertir en este tipo de empresas ya que a la hora de escoger una compañía cíclica el momento lo es todo, y es preciso aprender a detectar los primeros signos de declive o resurgimiento de la empresa.

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  1. Las empresas recuperables

Se trata de empresas que han tocado fondo y que tienen un crecimiento nulo tanto, que están a punto de ir a concurso de acreedores. En esta categoría Lynch nos desarrolla ampliamente el caso de Chrysler a finales del siglo XX.

Con estos valores hay que tener especial atención debido al alto riesgo de quiebra. Para ello hay que analizar cuidadosamente las características de la deuda de la empresa y cómo está intentando revertir su situación.

  1. Empresas de activo oculto

En este grupo se encuentran las empresas que tienen un activo valioso pero que es oculto para el mercado. Las empresas de activo oculto son el terreno donde la ventaja del inversor local resulta más eficaz. Algunos ejemplos de activos ocultos pueden ser inventarios mal valorados, activos infravalorados (generalmente terrenos o construcciones), patentes en desarrollo, etc.

Estos valores ofrecen una gran rentabilidad si se conoce el activo oculto, no obstante, son tremendamente difíciles de descubrir.

Por último, Lynch concluye esta parte destacando la importancia de los beneficios. “Independientemente de en qué categoría se encuentre el valor, el principal objetivo de nuestro análisis deberá ser cómo está aumentando los beneficios la compañía: reduciendo los costes, subiendo los precios, expandiéndose hacia nuevos mercados, desarrollando nuevos productos en los mismos mercados o revitalizando, cerrando o deshaciéndose de negocios no rentables.”

Parte III: La visión a largo plazo

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En esta tercera y última parte del libro, Lynch muestra principalmente cómo un pequeño inversor debería diseñar una cartera, cómo mantenerla y, por último, cuándo vender sus valores.

Recomienda que en nuestra cartera deberá estar comprendida solamente por los valores en los que hayamos encontrado una ventaja. Para el autor no sirve de nada diversificarse en empresas desconocidas por el mero hecho de la diversificación.

El afán de diversificación es el peor consejero de los pequeños inversores.

Dicho esto, también destaca que la concentración en pocos valores no es segura debido a las circunstancias imprevistas y la posibilidad de error en el análisis. Por ello, Lynch recomienda empezar con una cartera de entre tres y diez valores diversificados entre las categorías de empresas para minimizar el riesgo. Según su experiencia sería: un 30-40 por ciento en valores de crecimiento, un 10-20 por ciento en estables, otro 10-20 por ciento en cíclicas, y el resto en recuperables.

Con respecto al mantenimiento de la cartera, Peter Lynch sugiere revisar constantemente los valores y las historias de las empresas. No tanto su fluctuación en el mercado sino si ha cumplido lo que se esperaba de ella o ha habido algún cambio en los fundamentales de la compañía.

“El precio de una acción en un momento dado no nos dice absolutamente nada de las perspectivas de la empresa en el futuro, y en algunos casos va en sentido opuesto al de sus fundamentales.”

Con respecto a cuando vender los valores, en esta misma línea Lynch recomienda vender al observar cambios en los fundamentales de la empresa, cuando se desvíe de su estrategia, se note un estancamiento en los beneficios o la empresa haya dado todo lo que se esperaba de ella.

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Conclusión

Lynch nos ofrece uno de esos libros que realmente creo que es un must para cualquier lector que le interese la inversión. Se trata de un libro interesante, rápido de leer y que, pese a transmitir unos conocimientos complejos, se explican de una forma sencilla y amena para todo tipo de lectores.

Por último, si te ha gustado esta entrada y te animas a leer este libro te facilitamos el link de amazon: https://amzn.to/2YgsABr


TFR - The Financial Report

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