Renta fija privada En 2020 el rendimiento de los activos de renta fija privada mostró, como en 2019, una tendencia divergente entre el corto y el largo plazo, con una rentabilidad creciente en los plazos más cortos y decreciente en los más largos. Este comportamiento atípico se explica por el reducido tamaño de la muestra de activos a corto plazo, constituida por pagarés de empresa.
Las características de las empresas emisoras (tamaño y calidad crediticia) justifican el rendimiento medio de los pagarés en el momento de su emisión: 0,49 % en la referencia a 3 meses, 0,55 % a 6 meses y 1,44 % a 12 meses. Estos valores son entre 3 y 73 p.b. superiores a los de finales de 2019.
Por su parte, la rentabilidad de los activos a medio y largo plazo evolucionó de forma paralela similar al rendimiento de la deuda pública, presentando descensos en la segunda mitad del año por los efectos de las compras de deuda corporativa del BCE
Así, el rendimiento de la deuda a 3 y 5 años entró en terreno negativo a finales de año, con valores de -0,2 % y -0,13 % respectivamente. En el plazo de 10 años el rendimiento de la deuda se situó en el 0,41 %. Estas cifras implican una prima de riesgo respecto a la deuda pública de entre 29 y 36 p.b. dependiendo del plazo. En el conjunto del año el descenso del rendimiento de la deuda privada fue parecido en los diferentes plazos, situándose entre 36 y 39 p.b.
La evolución de las primas de riesgo de los subsectores privados, calculada a partir de la cotización media de sus CDS, experimentó un importante repunte en los momentos iniciales de la crisis, alcanzando unos valores máximos en el mes de marzo de 142 p.b. para el subsector de entidades financieras y de 126 p.b. en los emisores no financieros. Durante la segunda mitad del año, las primas mostraron descensos prácticamente en paralelo en ambos subsectores y cerraron el ejercicio en 76 p.b. y 59 p.b., respectivamente. Como se observa en el gráfico 2.2.3., los niveles medios de los CDS a finales de 2020 eran ligeramente superiores, aunque muy similares, a los del cierre de 2019: 65 p.b. para los emisores financieros y 52 p.b. para los no financieros.
A pesar de la incertidumbre a la que se enfrentan las entidades, la prima media de los CDS de los bancos se vio favorecida positivamente por las diferentes medidas adoptadas por el BCE42:
Compras de deuda, ampliación hasta 2022 de la tercera ronda de financiación (TLTRO III) y ofrecimiento de cuatro operaciones de financiación de emergencia a un plazo más largo frente a la pandemia (PELTRO) durante 2021. Todas estas medidas reforzaron la liquidez del sector financiero y permitieron el descenso de las primas de riesgo en la segunda parte del año. En el caso de las compañías no financieras, estas también siguieron beneficiándose de la ampliación del programa de compras44 del BCE, lo que favoreció el mantenimiento del coste de su financiación en niveles bajos.