Sin importar lo que crean los académicos, los mercados no muestran eficiencia. Sería mejor creer en la semi eficiencia de estos. Lo cual quiere decir que al momento que disponemos de información actualizada, comúnmente los inversores no perciben al instante la situación cambiante y la totalidad de las consecuencias potenciales. Además, a menudo lleva un tiempo considerable que estos perciban las implicaciones de la situación cambiada. Por ende, si disponemos de una noticia de gran impacto esta no produce la reacción esperada en el mercado siendo que en otras podemos divisar totalmente lo opuesto.
Digamos que disponemos de un nuevo cambio en el área fundamental positivo, al momento que algunos inversores comienzan a percibirlo, entran en largo y el precio asciende. Al momento que más participantes empiezan a percibir la situación, son realizadas más entradas, lo que implica en más ascenso en el precio hasta el momento en el cual la totalidad de los compradores ya han abierto sus posiciones. Este movimiento progresivo desarrolla una tendencia fundamentalmente impulsada la cual puede llegar a extenderse.
De ser el caso en que los mercados fueran eficientes, un movimiento semejante sería un cambio muy radical (como cuando se trata de un cambio en las tasas de interés de una divisa como el dólar, lo cual desemboca en alzas y caídas fuertes en los mercados de dicha divisa teniendo en cuenta que las tasas de interés impulsan el precio en gran manera en las monedas). En tal situación nadie puede predecir con certeza que ocurrirá teniendo en cuenta que se desconoce el impacto real de una noticia de gran impacto en el mercado y en especial sus implicaciones. Lo cual desemboca en tendencias a medida que los participantes del mercado se dan cuenta de lo que implica una noticia de dicha índole y, por ende, los inversores toman posiciones para aprovechar al máximo la nueva situación.
Saber no es suficiente; debemos aplicarlo. La voluntad no es suficiente; debemos hacerlo. Mientras más difícil el conflicto, ¡más glorioso el triunfo!
Los fundamentos también se dirigen por tendencias
Comúnmente, el factor subyacente tras una tendencia suele presentar otra tendencia, por lo cual al momento que el impulso fundamental en referencia a la tendencia mejora o lo opuesto, esto es reflejado en la tendencia, la cual puede continuar, detenerse o cambiar, lo cual depende del factor subyacente. Con más detalle; al momento que divisamos el seguimiento de un sistema de una tendencia en referencia a un mercado determinado, continúa sacando provecho a medida que los fundamentos realizan movimientos a favor.
Un ejemplo muy claro son las tasas de interés, las cuales dan inicio en un sentido de la marcha en particular, y suelen seguir dicho sentido de la marcha durante un tiempo prolongado.
Nuestra mayor debilidad está en darnos por vencidos. La manera más acertada para tener éxito es siempre intentarlo sólo una vez más.
Tengamos en cuenta que las tasas de interés no dirigen su movimiento directamente al punto final ya que el mercado sigue un ajuste gradual en referencia a un nuevo nivel de equilibrio. Si mencionamos el mercado de valores, al divisar un cambio gradual en las tasas de interés, el precio de la deuda para las compañías también sufre un cambio gradual, por ende sus ganancias también, al igual que sus valoraciones, y los precios forman tendencias de manera gradual.
Sin embargo, en todo instante hay cambios en lo fundamental: al momento de divisar una alineación de varios de los mismos en el mismo sentido de la marcha, podemos obtener tendencias muy amplias. Esto es por lo cual las acciones pueden desarrollar megatendencias al igual que registrar un aumento en sus precios de hasta 10 veces o más.