Reino Unido y su efímero estímulo fiscal, ¡subida de la factura energética! El plan de arranque de la primera ministra Liz Truss pretendía hacer frente a la crisis provocada por el encarecimiento de los costes energéticos

El plan de arranque de la (ya destituida) primera ministra Liz Truss pretendía hacer frente a la crisis provocada por el encarecimiento de los costes energéticos aprobando la mayor rebaja fiscal de su historia: 146.000 millones de libras hasta 2027.
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— Andrew Hunter Murray (@andrewhunterm) November 18, 2022
Esta cifra se alcanzaría, principalmente, con la cancelación de la subida ya anunciada del impuesto de sociedades hasta el 25% (actualmente en el 19%, muy por debajo del 23,5% de media de la OCDE) y con una disminución del tipo aplicado en algunos tramos del impuesto sobre la renta. Asimismo, se proponía anular el incremento en las cotizaciones a la Seguridad Social adoptado por el Ejecutivo de Boris Johnson.
El Energy Bill Relief, hasta marzo de 2023, y el Energy Price Guarantee, hasta 2024.1 Con todo, la estrategia fiscal pretendía elevar el crecimiento tendencial de la economía británica hasta el 2,5%, desde el 1,5% registrado en los últimos años. Su talón de Aquiles, no obstante, era que no detallaba medidas compensatorias para contrarrestar el posible deterioro de las métricas fiscales.
De hecho, el Instituto de Estudios Fisca les británico advirtió del hecho de que la ratio de deuda sobre el PIB aumentaría de forma preocupante y que incluso podría superar el 94% del PIB en 2027, desde el 84% de 2021.2 Además, las medidas específicas para hacer frente a la subida de los precios de la energía elevarían el déficit público por encima del 9,0% del PIB en el año fiscal 2022-2023 (frente al 4,0% estimado por la Oficina de Presupuestos británica en abril).