Hay quienes dicen que las comparaciones resultan odiosas. Es una afirmación que me cuesta compartir. Los economistas aprendemos durante la carrera justamente a comparar. Buscamos variables, utilizamos métricas, analizamos datos en base a regresiones lineales… Todo para llegar a conclusiones que, finalmente, son resultado de comparaciones.
25 empresas de mayor capitalización de la bolsa de EEUU en la actualidad:
????25 empresas de mayor capitalización de la bolsa de EEUU en la actualidad.
— David Galán ???? (@DavidGalanBolsa) November 13, 2022
UnitedHealth ha ganado muchos puestos y Meta los ha perdido.
????¿Cuántas llevas en cartera?
????¿Cuáles vigilas?
????Te leo pic.twitter.com/LbhQZq7Sop
¿Y qué tiene que ver todo esto con lo que estamos analizando? Pensemos lo siguiente:
Un ahorrista sentado sobre sus dólares es un 8,2% más pobre que hace un año en términos de poder de compra de bienes y servicios en EEUU, pero también es un 20% más rico si su decisión fuera comenzar a adquirir bonos u acciones de ese país, porque hoy, con el mismo dinero, puede comprar más de estos activos.
Hace poco más de un año, una persona que invertía en acciones parte de sus ahorros necesitaba 3.800 dólares para comprar 10 acciones de Meta (Facebook) en EEUU. Hoy con ese mismo dinero puede adquirir 40 acciones de la compañía de Mark Zuckerberg. Algo similar ocurre para el argentino que tiene dólares y quiere empezar a ahorrar en Cedears (acciones del exterior) en la Bolsa local.
Ergo, el ahorrista dolarizado es más pobre en bienes y servicios, pero más rico en activos financieros
Como vimos en otra oportunidad, existen distintos tipos de ahorro, aunque en general las personas no ahorran para pagar la compra del supermercado el mes que viene, sino para invertir (poner a trabajar su dinero) y disfrutar lo acumulado en un futuro más cercano o más lejano.
En EEUU, históricamente, las inversiones en acciones y en bonos le ganan a la inflación, aunque en el corto plazo, como sucede ahora, esto pueda no ocurrir.