¡Pinchazo de la burbuja inmobiliaria! Comparamos la Economía del Reino Unido con la economía de China, ¡la situación económica ya venía afectada desde antes por la crisis desatada tras el Brexit!

La situación económica ya venía afectada desde antes por la crisis desatada tras el Brexit, lo que había provocado un desajuste en el mercado laboral con presiones inflaciónistas, a lo que hubo que sumar posteriormente la crisis del COVID y la guerra en Ucrania. Las medidas implementadas desde el punto de vista de política monetaria fueron iguales a las de EE. UU. y el resto de Europa.
En términos fiscales se aplicaron soluciones equivalentes a las de la zona euro, con aplazamientos en el pago de impuestos, recortes del IVA al turismo y hostelería y un incentivo similar al ERTE (Coronavirus Job Retention) para las empresas que no despidiesen a sus trabajadores. El Banco de Inglaterra fue el primero en reaccionar a las presiones inflaciónistas subiendo un simbólico 0,15% en diciembre de 2021. A lo largo de 2022 fue acelerando el ritmo de las subidas de tasas hasta situar el nivel a finales de año en el 3,5%.
¿Cómo se desactiva la burbuja inmobiliaria? Dejando de robar con el código urbanístico. pic.twitter.com/8uSq5iZ5CE
— Leandro Santoro (@SantoroLeandro) May 15, 2023
El gobierno chino también llevó a cabo estímulos monetarios, pero fueron ajustes sutiles en lugar de medidas tan drásticas como las implementadas en otros países desarrollados: en 2019 los tipos estaban en 4,3% y para finales de 2022 habían caído hasta 3,65%. Las políticas monetarias no convencionales y los estímulos fiscales tampoco podían compararse a las adoptadas por EE. UU. y Europa.
Por un lado, la política COVID Cero de Xi Jinping y, por otro, por el pinchazo de una burbuja inmobiliaria que impactaba en el crecimiento económico del gigante asiático. La suma de todas esas variables particulares dio como resultado un menor crecimiento económico estructural, pero acompañado de ausencia de inflación, lo que permitió implementar al Banco Central de China un nivel de estímulo monetario creciente frente a las políticas restrictivas en las que se habían tenido que embarcar otros bancos centrales como la FED, el BCE o el BOE.