El panorama general de la evolución de los activos de renta fija estuvo marcado por los efectos de la crisis del COVID-19.
Las tensiones desencadenadas en los mercados de deuda en las primeras semanas de la crisis, durante el mes de marzo, provocaron repuntes significativos en las rentabilidades y en las primas de riesgo de los activos de renta fija, así como disminuciones de liquidez y dificultades de valoración en determinados segmentos de estos mercados.
A medida que el BCE va cerrando líneas baratas de financiación a la banca, como los TLTROs, habrá que estar atentos a los bancos que más dependían de ese tipo de ayudas. Y cómo no, los que más usaban esas "ventanillas" eran los bancos italianos y los griegos, donde los TLTROs… pic.twitter.com/vgbm0W2rsQ
— Pablo Gil (@PabloGilTrader) May 24, 2023
Sin embargo, la pronta y ambiciosa acción del BCE interrumpió drásticamente esta tendencia, revirtiendo los tipos de interés a niveles previos a la crisis e incluso más reducidos en algunas referencias
En este sentido, y con el objetivo de paliar los efectos más adversos de la crisis, el BCE puso en marcha una batería de medidas monetarias extraordinarias, entre ellas un programa de compra de emergencia por la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) de activos públicos y privados por un importe inicial máximo de 750.000 millones de euros, que fue aumentando a lo largo del año hasta situarse en diciembre en 1,85 billones de euros, con un horizonte temporal que también fue progresivamente expandiéndose hasta alcanzar marzo de 2022. Adicionalmente, se permitió la reinversión automática de los activos cuyo vencimiento vaya produciéndose hasta, al menos, finales de 2023. Por otra parte, el BCE puso en marcha nuevos programas de refinanciación de las entidades financieras y mejoró las condiciones de los existentes, al tiempo que relajó los criterios aplicados a las garantías de los préstamos y a los requisitos de capital y liquidez.
Los tipos de interés de las operaciones principales de financiación, de la facilidad marginal de crédito y de la de depósito se mantuvieron constantes en el 0 %, el 0,25 % y el -0,50 % respectivamente durante todo el año
Las necesidades de financiación, tanto por parte del sector público como del privado, originadas por la crisis del COVID-19, así como la mejora de sus condiciones explican la fuerte expansión de las emisiones de deuda en la zona euro durante 2020. Así, el volumen de deuda bruta total emitida en el conjunto de la zona euro aumentó un 12,5 % respecto al de 2019, lo que se tradujo en un incremento del 6,8 % del saldo vivo total de deuda. En España, el aumento de las emisiones brutas fue superior al de la zona euro, del 26,4 %. Sin embargo, el incremento del saldo vivo de la deuda total se situó en niveles cercanos, el 7,4 % en España frente al 6,8 % de la zona euro, debido al mayor aumento, también, de los vencimientos en el caso de los activos españoles.