Como esperábamos, el BCE volvió a subir tipos, pero a un menor ritmo que en los meses anteriores: +25 p. b., en vez de los 50 p. b. que había implementado en las tres anteriores reuniones.
Por un lado, el BCE justificó la subida con la evidencia de que la inflación se encuentra demasiado alta (7,0% en abril) y por el temor a que la velocidad de corrección hacia el 2% sea demasiado lenta (se alcanzaría en el año 2025 según el propio BCE). Todo ello en un contexto de actividad resiliente y mercado laboral fuerte.
Por otro lado, y en línea con el mayor optimismo que recoge nuestro índice de sentimiento, distintos factores han favorecido que la subida de tipos sea menos agresiva que en el pasado
- Los incrementos acumulados en los últimos nueve meses han sido muy notables (+375 p. b.) …
- ...y con ellos el BCE ha reforzado su credibilidad en la lucha contra la inflación.
- Hay muestras crecientes de que el endurecimiento monetario se está transmitiendo al conjunto de la economía real. En concreto, la última Encuesta sobre Préstamos Bancarios del BCE refleja un endurecimiento sostenido de los estándares de concesión de crédito y una debilidad generalizada en la demanda de préstamos.

Gráfico con los datos del sentimiento económico del BCE
El BCE reiteró que, de aquí en adelante, tomará decisiones “reunión a reunión”, según los datos económicos y financieros y sus implicaciones para la inflación
Sin embargo, Lagarde dejó claro que todavía queda camino por recorrer y, explícitamente, dijo que todavía no pausarán los incrementos de tipos. En este sentido, desde CaixaBank Research prevemos un nuevo aumento de 25 p. b. en junio.
Para acompañar este endurecimiento monetario, el BCE también anunció que, a partir de julio, pondrá fin a toda reinversión del APP.1 La visión del banco central es que el mercado ha absorbido bien la disminución del APP implementada hasta la fecha, y merece la pena acelerarla en aras de drenar el exceso de liquidez, complementar la política de tipos y reducir el riesgo del balance del BCE.