La economía de la eurozona sigue ejerciendo una presión de fondo para que el BCE continúe subiendo tipos: los últimos datos muestran una mayor inercia de la inflación subyacente y una actividad económica que se enfría menos de lo esperado.
Por otro lado, el BCE debe tener en cuenta que el endurecimiento monetario realizado hasta la fecha ha sido notable (los tipos oficiales son hoy +350 p. b. superiores a los de hace un año). Pero, dado que sus efectos tardan en filtrarse al conjunto de la economía, es difícil calibrar en tiempo real hasta qué punto estos incrementos de tipos son ya suficientes, o no, para atajar la inflación.
El Tesoro inaugura las subastas de mayo a la espera de otra subida de tipos del BCE https://t.co/q7uHLbkypC
— La Información (@la_informacion) April 30, 2023
A esta incertidumbre, inherente al ejercicio de la política monetaria, se le suma la generada por las turbulencias financieras de marzo (con la caída de SVB y la absorción de Credit Suisse por parte de UBS), un aviso de que el endurecimiento de la política monetaria tiene efectos reales y que puede destapar bolsas financieras de fragilidad.
Con todos estos ingredientes, pensamos que el BCE optará por un incremento de tipos de 25 p. b. en la reunión de la semana que viene:
Reducir el ritmo de incrementos de 50 p. b. a 25 p. b.1 es un compromiso entre la mencionada presión de fondo y la necesidad de cautela ante un entorno especialmente incierto.
En otras palabras: la visión central del BCE es que la economía europea necesita tipos más altos, pero esta visión central está rodeada de una incertidumbre suficientemente elevada como para moverse con prudencia, es decir, seguir subiendo, pero a menor ritmo y mantener una estrategia flexible de cara a los siguientes meses (basando los siguientes movimientos en la evolución de los datos económicos y financieros).
Sin embargo, no todos los miembros del BCE ven de la misma manera este compromiso entre visión central e incertidumbre
De hecho, algunos gobernadores han seguido lanzando mensajes hawkish y no puede descartarse que el BCE termine incrementando los tipos en 50 p. b. en mayo. Por último, el BCE también debe decidir como continuará la reducción de la cartera del APP a partir de julio, 2 y podría optar por una estrategia más agresiva en la segunda mitad del año si los datos de actividad e inflación siguen sorprendiendo al alza (p. ej., dejando de reinvertir la totalidad de los vencimientos).