Las perspectivas en perspectiva; la incertidumbre que rodea el escenario sigue siendo muy elevada... Lo más probable es que el crecimiento del PIB y el del empleo se mantengan en cotas positivas pero modestas

No es sencillo encontrar una palabra con la que resumir el escenario previsto para la economía española. Sin lugar a duda, no parece que estemos a punto de iniciar un ciclo de elevado crecimiento del PIB y del empleo. Pero tampoco parece que la economía vaya a adentrarse en una recesión profunda o prolongada. Los shocks de los últimos años y la existencia de varios elementos que empujan a la economía en sentidos opuestos hacen que el contexto actual sea especialmente difícil de valorar.
En conjunto, lo más probable es que el crecimiento del PIB y el del empleo se mantengan en cotas positivas pero modestas. Concretamente, para el bienio 2023-2024, esperamos que el crecimiento del PIB se sitúe alrededor del 3% en el acumulado de estos dos años y el del empleo, alrededor del 2%. Respecto a la inflación, variable clave en el contexto actual, todo apunta a que seguirá moderándose y, en promedio, podría situarse alrededor del 3,5% durante estos dos años.
En la mitología económica del petrismo la inflación ocurre porque importamos muchos productos del extranjero.
— Julio César Iglesias (@IglesiasJulio87) January 9, 2023
El problema es que Colombia es uno de los países de suramerica que menos importa como porcentaje de su PIB.
No cuadra el relato con los datos. pic.twitter.com/EyBQuUOZ3z
Entre los elementos que seguirán impulsando el crecimiento de la actividad y del empleo, destacan el despliegue de los fondos europeos NGEU y la recuperación del turismo internacional, especialmente el de largo alcance. En sentido contrario, actuarán el aumento de los tipos de interés y la inflación, que, aunque se moderará, se mantendrá en cotas elevadas.
El peso que acabe teniendo cada uno de estos elementos será determinante. Por ejemplo, la inflación podría moderarse más rápidamente si la presión sobre los precios de la energía remite antes de lo esperado. La caída de los precios del petróleo y del gas que se ha producido durante las últimas semanas apuntaría en esta dirección. De confirmarse, ello supondría un importante alivio para el consumo de los hogares. Pero, por otro lado, también parece que el BCE subirá los tipos de interés más de lo que preveíamos antes de su reunión de diciembre.