La industria más destacada es la del refino de petróleo que transmite el shock a los precios de venta; incremento de los precios energéticos, ¡la industria farmacéutica se lleva palos!
Según nuestros resultados, en el escenario de incremento de los precios energéticos definido, el EBE de la industria manufacturera caería un 17% si no se ajustasen los precios a los precios de venta, lo cual revela que la industria sufre una presión evidente de los precios de la electricidad, gas y petróleo sobre sus márgenes y, por ende, sobre sus precios de venta. Tal y como se observa en el gráfico de la página anterior, los sectores más expuestos a los precios de la energía identificados anteriormente también sufren importantes presiones sobre su EBE.
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La industria más destacada es la del refino de petróleo, que, si no transmite el shock a los precios de venta
En este caso, la industria más destacada es la del refino de petróleo, que, si no transmite el shock a los precios de venta, vería cómo sus márgenes pasarían a ser negativos (caída de más del 100% de su EBE), lo que indica la necesidad de la industria de ajustar precios al máximo ante cambios en los precios del gas y el petróleo, algo que, por otro lado, es capaz de hacer gracias a la baja elasticidad de su demanda. Una de las conclusiones clave de este análisis es que, además de que el impacto promedio es elevado, solo un tercio de los sectores industriales revela una sensibilidad contenida de sus beneficios ante un endurecimiento de los precios energéticos, con el caso de la industria farmacéutica como sector menos expuesto a los costes de la energía.
Solo un tercio de los sectores industriales revela una sensibilidad contenida de sus beneficios ante un endurecimiento de los precios energéticos
En balance, parece claro señalar que la industria manufacturera está apreciablemente expuesta a incrementos en los precios de la energía. Según nuestro análisis, la industria metalúrgica, la química y la refinería (12% de la producción manufacturera en España) son industrias muy expuestas al shock energético que, además, han sido las que más están repercutiendo el encarecimiento de la factura energética actual sobre sus precios de venta, aprovechando que disfrutan de demandas relativamente inelásticas a corto y medio plazo.
Por otro lado, existen una serie de industrias donde el encarecimiento de los productos energéticos está teniendo un gran impacto en sus beneficios y que aún no han repercutido esos mayores costes sobre sus precios, pero que esperamos que lo hagan a lo largo de este año. Se trataría de sectores tales como la industria auxiliar de la construcción (de hecho, es una reivindicación frecuente del sector), la maderera y la industria del papel.
En este caso, estos sectores suponen entre el 20% y el 25% del total de la actividad de la industria manufacturera
En el extremo opuesto se encuentran aquellas industrias cuyo consumo energético parece algo menor, como pueden ser los casos de fabricación de productos electrónicos e informáticos, la industria farmacéutica o la industria textil, entre otras. En este caso, las presiones sobre los precios de la energía no deberían impactar de manera directa sobre los precios de venta de estas industrias, si bien, es esperable que exista cierto efecto contagio debido al encarecimiento de otros productos intermedios industriales que vengan de industrias más afectadas por los precios de la energía.