La economía mundial se encuentra en plena fase de transición, entre la resiliencia que siguió mostrando el crecimiento en los meses de verano y el ajuste a la baja de la actividad que estarían anticipando el rápido deterioro

La economía mundial se encuentra en plena fase de transición, entre la resiliencia que siguió mostrando el crecimiento en los meses de verano y el ajuste a la baja de la actividad que estarían anticipando el rápido deterioro de las expectativas de los agentes económicos (especialmente marcado en octubre) y el endurecimiento de las condiciones financieras.
¿Que le ganó Argentina a Mexico en el Mundial? Avísenme cuando nos ganen en educación, economía, cultura y gastronomía.
— Cosas de Mamadores (@esdemamador___) November 26, 2022
La clave para los próximos meses será alcanzar el punto de inflexión en el comportamiento de la inflación, momento en el que se puede vislumbrar el final del proceso de subidas de los tipos de interés más agresivo de los últimos 40 años, lo que previsiblemente reduciría la volatilidad en el comportamiento de los mercados financieros. Y, de momento, no hay muchas novedades, pues seguimos acumulando sorpresas negativas generalizadas (con excepciones como la de España), destacando el aumento de los precios en octubre en la eurozona hasta el 10,7%, impulsada por la negativa evolución de países como Alemania (11,6%), Italia (12,8%) o Países Bajos (16,8%).
Casi dos años después del inicio del proceso inflacionista continuamos asistiendo a nuevos máximos mes tras mes, mientras que los diferentes choques de oferta se han ido filtrando de forma generalizada a todos los sectores, como pone de manifiesto que en la eurozona casi el 60% de la cesta del IPC (45% en el caso de la subyacente) presenta crecimientos anuales de precios superiores al 5%. Pero, lo más importante es que estamos lejos de entender la mutación que está experimentando la inflación y sus implicaciones potenciales a medio plazo sobre el crecimiento, los tipos de interés de equilibrio, etc.