El consenso de las expectativas es que las cifras de julio indicarán que la inflación marcó su punto alto en junio.
La tasa sigue siendo alta, pero según la Fed, debería bajar lentamente hasta fin de año. Para que eso suceda según la agenda, ya debería estar a la baja.
Sin embargo, luego del resultado sorpresivo de los NFP el viernes pasado, muchos analistas están barajando la posibilidad de que la Fed actúe antes de lo previsto.
Las cifras de empleo estaban en la parte más alta del rango de expectativas. Lo más relevante para la política monetaria seguramente fue que el ratio empleados a población brincó 70 puntos base hasta 58,7. Así llegó a 3 décimas del nivel en que estaba cuando la Fed inició su taper la vez pasada.
Tendencias para el futuro
Una de las posibles explicaciones de la sorpresa sobre las cifras de empleo es que muchos analistas habían asumido que las personas volverían al trabajo antes de que se acabaran los beneficios extendidos de desempleo.
Sin embargo, una revisión preliminar mostró que los estados que no han terminado con el programa en forma anticipada, como California, no tuvieron un cambio significativo en su tasa de desempleo. Los estados que finalizaron sus programas en junio vieron un alza en la contratación durante julio.
Como aún la mitad de los estados tienen los beneficios extendidos hasta septiembre, es posible que la cifra de NFP de octubre también tenga un alza notoria. Estados grandes como California y Nueva York siguen en el programa.
Copando la política monetaria
La cifra de IPC de julio podría ser crucial en el contexto de las cifras de empleo, para ver si cuadra con la teoría de la Fed que guía la política monetaria.
La idea general es que el aumento de la actividad económica durante la recuperación no llevará a más inflación, pues ya se experimentó a principios de año.
La inflación ha sido tema obligado para los directores ejecutivos de las empresas esta temporada, pasando a ser un problema aún más grande que covid en algunos casos. Tyson Foods, por ejemplo, dijo no ser capaz de subir los precios tan rápido como suben sus costos. En cierto punto, la inflación pasa a ser un obstáculo para la economía.
Qué estamos buscando
Que la inflación sea menor a lo visto el mes pasado podría calmar a los mercados.
Porque si sigue subiendo, entonces los inversionistas pensarán que la Fed adelantará su intervención. Así podría caer el apetito por el riesgo e impulsar al dólar.
El IPC está pronosticado a mostrar una baja significativa en la medición mensual hasta 0.5% desde 0.9% anterior. A base anual, sin embargo, se espera una baja más modesta hasta 5,4% desde 5,3% en junio. Una porción sustancial de esto se prevé que será como resultado de la caída en el precio de los vehículos.
La cifra subyacente, que es clave para la política de la Fed, está prevista a tener un padrón similar.
El IPC excluyendo alimentos y energía está pronosticado a caer a 0,4% desde 0,9%. Pero en base anual es menor, de 4,3% a 4,5% anterior.
Sigue estando muy por encima de la meta, pero si se cumplen las expectativas (o incluso menos) entonces se entiende que sería en la “dirección correcta” para que la Fed espere a fin de año para iniciar su reducción en las compras de activos.