Por tipos de emisores, el sector público fue, tanto en España como en la zona euro, el que más incrementó su recurso a la financiación de los mercados durante 2020. El aumento del gasto derivado de las políticas fiscales puestas en marcha para hacer frente a la crisis y la disminución de los ingresos públicos dieron lugar a un aumento significativo del endeudamiento público, que se tradujo en un incremento del saldo vivo de deuda pública española del 9,4 %.
Este aumento, aun siendo elevado, fue considerablemente inferior al 15,6 % registrado en el conjunto de la zona euro
Los emisores privados de la zona euro presentaron un comportamiento desigual en su recurso a la financiación de los mercados: por una parte, las instituciones financieras redujeron el volumen de sus emisiones brutas un 4,8 %, lo que se tradujo en un descenso del stock de emisiones vivas del 2,8 %. Por otra parte, las sociedades no financieras aumentaron el volumen de sus emisiones brutas un 6,3 % en 2020, lo que dio lugar a un aumento del 10,1 % de su deuda en circulación.
“La suerte del plan llegar está supeditada a la estrategia de reprimir el movimiento cambiario, sin que exista un programa para resolver la crisis”
— Esteban Domecq (@EODomecq) May 28, 2023
Muchas gracias @sofiadiamantina c/ @LANACION x la entrevista????https://t.co/OLLJRRgWus
De la misma forma, en España las sociedades no financieras incrementaron su recurso a la financiación de los mercados en mayor medida que las instituciones financieras. Sin embargo, en el caso español ambos sectores registraron un avance tanto en el volumen de emisiones brutas (del 11,5 % y el 28,7 % respectivamente) como en el saldo vivo de deuda (del 3,9 % y el 8,2 % respectivamente).
Las instituciones financieras accedieron a la financiación del BCE en condiciones muy ventajosas, lo que explica su menor necesidad de recurrir a la financiación del mercado
Sin embargo, las sociedades no financieras, en especial las pertenecientes a aquellos sectores más afectados por las limitaciones derivadas de la pandemia, habrían visto aumentadas sus necesidades de financiación para afrontar la caída en sus ingresos y el mantenimiento de los costes fijos, así como para asegurar un nivel de liquidez suficiente en un entorno incierto.
Tabla con los datos de las emisiones y saldos vivos
La crisis del coronavirus originada a principios de 2020 ha deteriorado la actividad económica, suscitando ciertas dudas en torno a la evolución de la solvencia de las compañías más afectadas y, por tanto, de su riesgo de crédito
La CNMV elabora informes trimestrales con el objetivo de analizar las calificaciones crediticias de los activos de deuda españoles desde el principio de la crisis. El primero de estos informes1, además, comparaba estas con las calificaciones de una muestra de emisores privados de otros países europeos. Un aumento del riesgo de crédito, de observarse y persistir, podría reflejarse en rebajas en los ratings de las diferentes compañías, que, de ser significativas, podrían producir efectos perjudiciales en muchos de los agentes que participan en los mercados y, en última instancia, podrían tener implicaciones negativas para la estabilidad financiera. Entre otras, podrían producirse ventas significativas de activos, espirales bajistas de precios, diferentes fenómenos de contagio entre entidades, encarecimiento de la financiación, etc.