Por norma general, nuestro pensamiento asocia la palabra riesgo empresarial a las grandes empresas. Más si se trata de operaciones internacionales. Sin embargo, sea cual sea el tamaño de las empresas e independientemente de su actividad todas están sujetas de diferentes tipos de riesgos, que modulan su presencia en el mercado nacional e internacional. Todos ellos están vinculados entre sí de tal manera que un riesgo individual forma parte del riesgo propio de la existencia de la empresa. Veamos cuáles son:
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- Riesgos de mercado: que se asumen como consecuencia de decisiones estratégicas respecto a la selección de mercados, oferta de productos para la exportación, selección de las formas de entrada, etc.
- Riesgos comerciales y de crédito: que se asumen como consecuencia de los acuerdos alcanzados con la contraparte. De forma concreta, engloban los riesgos de contrapartida en los aplazamientos de cobro, la financiación que se concede al cliente, etc. Son los relacionados con la obligación de pago, fundamentalmente es el impago por parte del importador por motivos propios.
- Riesgos operativos: los propios de la actividad de producción, de la gestión de los pagos y de los cobros o de las necesidades de aprovisionamientos.
- Riesgos políticos: aquellos basados en el criterio de casualidad en donde ni el comprador ni el vendedor son responsables de la aparición del siniestro (la aparición real del riesgo) que impiden el pago y el cobro de la operación de comercio exterior. Por ejemplo, guerras, revoluciones, acontecimientos catastróficos (desastres naturales como huracanes, etc.) o impedimento de salida de divisas del país (“corralito argentino”).
- Riesgo de cambio: el provocado por las diferencias en la fluctuación de la cotización de las divisas en donde una operación de comercio exterior puede verse incrementado en su beneficio o, por el contrario, disminuido.
- Riesgo de interés: que surge como consecuencia de las diferencias entre las fechas de vencimiento de los cobros y de las tasas de interés existentes. Este riesgo surge en las operaciones de comercio exterior con aplazamientos de cobro.
- Riesgos de mentalidad: estancarse en paradigmas obsoletos y no fomentar cultura de internacionalización ni del trabajo en equipo, así tomar decisiones coherentes en cada una y entre las cinco áreas del comercio exterior
Vistos todos los riesgos que se asumen en la actividad comercial si analizamos cómo la situación actual está afectando a las relaciones comerciales intracomunitarias y con el comercio exterior vemos que se está produciendo una caída de las coberturas de riesgos comerciales en Europa. La cobertura de riesgo, el aseguramiento de los importes en los aplazamientos de cobro, entre empresas de la Unión Europea (UE) está en descenso por lo que surge la duda en la toma de decisiones en las empresas respecto a sus clientes: ¿se les sigue vendiendo con una cobertura menor?; ¿se les vende solo con los importes cubiertos por la póliza? En este apartado, hay que tener muy presente que el medio de pago habitual en el comercio intracomunitario es la transferencia bancaria con pago aplazado entre 60 ó 90 días en función del sector.
Ante esta realidad, la Comisión Europea (CE) ha extendido hasta el próximo 30 de junio de 2021 el periodo en el que los aseguradores estatales de la UE podrán asegurar a las empresas que no encuentran cobertura en el mercado privado para los riesgos derivados de sus exportaciones y la cobertura de sus riesgos a corto plazo por cuenta del Estado. Medida que también es ampliable no solo a la UE sino a Reino Unido, Australia, Canadá, Islandia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Estados Unidos.
____Sroda - Miércoles____
En relación con lo anterior hagamos un ejercicio de análisis para ponernos en contexto. Si tomamos como referencia a los principales socios europeos del comercio con España encontramos a nuestro vecino Portugal, al que la CE ha otorgado una clasificación de riesgo comercial medio; es decir, de una valoración de cuatro entre siete, siendo siete el riesgo más alto. Francia, por el contrario, no ha cambiado su situación de riesgo país estando valorada en un punto entre siete siendo uno el nivel riesgo más bajo.
Si analizamos la evolución del riesgo país comercialmente en los principales países latinoamericanos vemos como Chile, se encuentra en el nivel cuatro de riesgo entre siete al igual que Colombia mientras que Perú está en el nivel dos junto a México. Todo ello nos indica que el riesgo comercial no está afectando de la misma manera a todos los países y, por ende, a sus empresas.
Otro factor de riesgo vinculado a las operaciones intracomunitarias y del comercio exterior es el tipo de cambio del Euro frente a las monedas nacionales de los países Latinoamericanos. El real brasileño es el que ha experimentado la caída más pronunciada de su valor en relación al del dólar estadounidense desde que estalló la crisis del nuevo tipo de coronavirus en marzo de 2020. Chile también está manteniendo esta devaluación. En cambio, el sol peruano ha conseguido mantener su valor respecto a la divisa estadounidense.
Todos los elementos de riesgo que hemos ido mencionando, sumados a la caída de la actividad económica, están haciendo que el comercio exterior y el comercio intracomunitario se esté ralentizado por el aumento de los riesgos comerciales y de la devaluación de las principales divisas latinoamericanas frente al dólar estadounidense y frente al euro dejando un escenario de mayor incertidumbre.
Las oportunidades, por tanto, habrá que buscarlas en una negociación de costes financieros con los bancos con los créditos documentarios, financiación al importador y con la cobertura de riesgos comerciales a costa del Estado a través de entidades como CESCE (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación).