1. Antes de seleccionar la cartera a copiar tienes que conocerte bien a ti mismo.
¿Cuánto dinero tienes? ¿Durante cuánto tiempo quieres estar invertido? ¿Qué riesgo de pérdida quieres asumir?
Una vez tenemos claro esto podemos adentrarnos y filtrar las diferentes carteras. Podemos seguir haciendo preguntas, pero esta vez para conocer a la persona que copiamos.
¿En qué tipo de activos invierte? ¿Qué riesgo sostenido tiene? ¿Cuántos años lleva funcionando? ¿Qué rentabilidad anualizada tiene?
2. Una vez ya dentro de la copia. Utiliza el largo precio y deja que el interés compuesto te beneficie.
Buscar rentabilidad a corto plazo es una gran tentación, pero lo cierto es que las mayores rentabilidades se obtienen a largo plazo, gracias al interés compuesto.
3. Sé constante, si dijiste que ibas a hacer aportaciones mensuales, ¡hazlas!
Uno de los grandes errores de los inversores es cortar las aportaciones cuando la copia entra en una tendencia negativa, esa es la mejor zona para comprar, pero aun así debes de ser constante, tanto en subidas como en caídas. Si decides aportar a la copia x% del que ganas al mes, ¡hazlo! No valen las excusas, no vale querer comprarse x este mes, ese dinero esta destinado a invertir. Se constante con tu plan.
4. El 50% de la gente que invirtió en el fondo con mejor rentabilidad de la historia perdió dinero mientras el propio fondo fue el mas lucrativo de la historia.
¿Cómo puede ser eso?
Compraban cuando todo iba bien y vendían cuando todo iba mal. Apártate del ruido, si te molesta cuando el rendimiento cae, una de dos, o tienes mas dinero del que deberías tener invertido o a un riesgo mayor, baja el riesgo.
Toda persona que desee copiar mi cartera debe tener esta guía aprendida. Y es que muchas veces no depende de la persona que copias si no de cómo lo hagas y el mérito de los rendimientos, la mayoría de las veces es vuestro.
Un abrazo,
David Bonachea Martínez
https://www.etoro.com/people/bonacasino
