Creemos que en la reunión de la semana que viene, la Reserva Federal subirá los tipos de interés en 25 p. b. hasta el intervalo 4,50%-4,75%, la segunda reunión consecutiva en la que disminuiría el ritmo de subidas y apuntaría a que el ciclo alcista en los tipos oficiales está cercano a su fin. La moderación de la inflación, tanto general como subyacente, sugiere que ya se habría tocado techo en las presiones inflacionistas.
Del mismo modo, las señales de enfriamiento de la economía son cada vez más palpables, al tiempo que diversos indicadores del mercado laboral ya apuntan a una ligera moderación desde los altos niveles de saturación observados en 2022
Con estos ingredientes en la coctelera, es probable que la Fed apunte a que, si las señales de moderación en los precios se mantienen, podría poner fin a las subidas de tipos en los próximos meses, aunque, al mismo tiempo, creemos que reforzará el mensaje de que será necesario mantener una política monetaria restrictiva por un buen periodo de tiempo.
Si bien la inflación está ya en tendencia a la baja, queda todavía un largo viaje para alcanzar el objetivo del 2% habida cuenta de la elevada persistencia que están mostrando algunos componentes de la cesta de consumo como, sobre todo, en el sector servicios (con la vivienda, shelter, al frente).
La economía de EE. UU. se está desacelerando
Así lo muestran tanto los indicadores de sentimiento empresarial (por ejemplo, las encuestas PMI e ISM se sitúan en niveles compatibles con contracción en la actividad) como de los consumidores (el índice de perspectivas futuras del Conference Board está en niveles inferiores a los registrados durante la pandemia).
Además, las ventas minoristas y la producción industrial cerraron 2022 con tasas intermensuales negativas
Así, no es de extrañar que el PIB de EE. UU. mostrase ayer en su publicación una desaceleración en el crecimiento (2,9% intertrimestral anualizado frente al 3,2% del trimestre anterior), que podría haber sido todavía mayor de no ser por el volátil componente de la variación de existencias. De hecho, al excluir esta partida, la demanda interna privada mostró signos de estancamiento, aupado por el retroceso en la inversión fija, en especial en el sector residencial (–26,7% intertrimestral anualizado). El consumo privado, por su parte, sigue siendo el principal motor de crecimiento de la economía de EE. UU., con un aumento del 2,1%, aunque es muy probable que en adelante estas tasas se moderen.