Es difícil calibrar los efectos de las subidas de tipos de interés sobre la actividad y la inflación... Los bancos centrales transitan por un momento tan complejo como el actual con escasas certezas sobre los efectos de sus decisione

En un mundo tan complejo como el actual, con diferentes shocks interactuando a la vez, es difícil calibrar los efectos de las subidas de tipos de interés sobre la actividad y la inflación, teniendo en cuenta las distorsiones de todo tipo que están afectando a los canales de transmisión de la política monetaria. Los ejercicios recientemente publicados por el BCE reflejan una importante dispersión según el modelo elegido para valorar el impacto.
Teniendo en cuenta que al final del trayecto la subida acumulada se situará entre 400 y 450 p. b., va a ser muy apreciable el precio a pagar en crecimiento para intentar aproximar la inflación al objetivo. Por tanto, los bancos centrales transitan por un momento tan complejo como el actual con escasas certezas sobre los efectos de sus decisiones y la necesidad de mostrar una elevada flexibilidad ante posibles sorpresas en el escenario. Sobre todo, si lo que está realmente encima de la mesa es una insuficiencia estructural de la oferta, fruto de década y media con bajos niveles de inversión pública y privada y de los cambios que se empiezan a percibir en el mercado de trabajo en los países OCDE (jubilación de baby boomers, cohortes de trabajadores jóvenes más reducidas o dimisión silenciosa).
En todo caso, mientras se van sedimentando corrientes de fondo como la transición energética (o la desglobalización), a corto plazo tendremos que acostumbrarnos a un mundo con tipos de interés más elevados.
“La inflación en Argentina es una locura”, dice el exdirector del FMI para el Hemisferio Occidental. https://t.co/Ir9k5W8aOo
— CNN en Español (@CNNEE) March 9, 2023