El mercado, entre las tensiones políticas en EE. UU., la resiliencia del ciclo económico y la persistencia de la inflación. Tras los episodios de inestabilidad en la banca regional de EE. UU. y Credit Suisse en marzo, y su paulatina (y no siempre tranquila) digestión en abril, la atención de los inversores viró en mayo hacia otros focos de incertidumbre. En primer lugar, las negociaciones sobre la ampliación del techo de deuda en EE. UU., no resueltas hasta el inicio de junio, marcaron el ánimo inversor en mayo, especialmente a medida que se acercaba la fecha límite.
Hace unos días The Economist exponía su preocupación sobre una posible desaceleración de la economía china, y estamos muy de acuerdo. En febrero publicamos la 1ª parte de una serie de informes en los que explicábamos por qué la economía china jamás logrará alcanzar a la de EEUU. pic.twitter.com/Kqqipoxmye
— Ignacio de la Torre (@idelatorrem) June 6, 2023
Así, las noticias sobre la marcha del acuerdo activaron o desactivaron el apetito por el riesgo en el mercado y elevaron la rentabilidad de las letras del Tesoro de EE. UU. a más corto plazo, que llegaron a tocar niveles máximos de 20 años, en torno al 6%
En segundo lugar, a medida que las preocupaciones sobre la inestabilidad financiera se desvanecían, la salud del ciclo económico y la evolución de la inflación han recuperado el protagonismo en las principales economías desarrolladas. Paulatino repunte de las expectativas de subidas de tipos de interés en los próximos meses, atenuado hacia el final de mes. Tras comenzar mayo con la Fed y el BCE elevando, como se esperaba, los tipos de interés de referencia en 25 p. b., a medida que avanzaba el mes y las dudas de estabilidad financiera se iban dejando atrás, las expectativas del mercado sobre el nivel de los tipos de interés en los próximos meses tendieron a aumentar.
Para la Fed, tras descontarse con elevada probabilidad que el movimiento de mayo sería el máximo del actual ciclo de subidas, la aún buena marcha del mercado laboral y la resiliencia del consumo privado han elevado la posibilidad asignada por los inversores de nuevas subidas de 25 p. b. en junio o julio. No obstante, la pausa en la reunión de junio continúa siendo el escenario más probable. En la eurozona, unas cifras de inflación aún elevadas (pese a los indicios de moderación más acusados en mayo) y las declaraciones de la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE, incluida su presidenta, Lagarde, que han remarcado que a la institución aún le queda camino por recorrer en este ciclo alcista, mantienen las expectativas de los inversores de que el tipo de referencia alcanzará el 3,75%.