Como consecuencia de la mejor evolución de la economía, se revisan al alza las previsiones de crecimiento en 2022 y 2023 (0,2 puntos porcentuales en cada año hasta el 4,6 y el 1,2% respectivamente), aunque continúa siendo posible una contracción de la actividad durante los próximos meses. La desaceleración actual y la caída del PIB que se prevé a inicios del siguiente año son el resultado de la acción de distintos factores que reducirán la contribución de la demanda externa y del consumo de los hogares respecto a lo observado en el período de recuperación.
Portugal tiene tipo maximo del IRPF al 48% y sociedades al 20%:
Portugal tiene tipo maximo del IRPF al 48% y sociedades al 20%. Portugal desde 2015 nos ha recortado 9 puntos de PIB per capita, atrayendo capital e inversión extrajera. Nosotros con sociedades a grandes empresas al 30% ponemos impuestos extraordinarios pic.twitter.com/947JFIAect
— José Carlos Díez (@josecdiez) December 3, 2022
La entrada en recesión de la eurozona, junto con el agotamiento de la recuperación en el sector turístico, hará que la contribución al crecimiento de la demanda externa se vuelva negativa en 2023 y 2024
El continente enfrenta el invierno con costes de la energía más elevados. A esto hay que añadir que la inflación aumenta todavía en muchos países sin dar señales de inflexión. En parte, esto refleja la tardanza en establecer mecanismos para limitar el impacto del encarecimiento del gas sobre el precio de la electricidad. El resultado es una mayor incertidumbre para familias y empresas europeas, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios al tiempo que se reducen los márgenes, y un incremento rápido y significativo de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Respecto a esto último, se espera que el euríbor a 12 meses continúe subiendo y se estabilice a inicios del siguiente año alrededor del 3%, unos 350 puntos básicos más que a comienzos de 2022
Todo lo anterior anticipa una reducción de la actividad en la eurozona en el cuarto trimestre de este año y el primero del próximo. De hecho, el PIB de la UEM mostraría un relativo estancamiento durante el próximo año (- 0,1%). Por lo tanto, es de esperar que la demanda de bienes y servicios españoles proveniente del resto de Europa se resienta. A esto hay que añadir el probable agotamiento del impulso que supuso la eliminación de las restricciones asociadas con la pandemia, que condicionará el comportamiento del sector servicios.
