El foco inversor retorna a la inflación, el riesgo de recesión y la política monetaria. Los mercados financieros registraron una estabilización generalizada a lo largo de abril, a medida que el radar de los inversores dejaba atrás el episodio de turbulencia financiera de marzo y se redirigía hacia las perspectivas de crecimiento e inflación, con la publicación de los datos del PIB del 1T 2023 y de la temporada de resultados empresariales.
Así, los principales activos vivieron una primera quincena de tensa calma y modesta recuperación para luego zigzaguear en las últimas semanas ante las señales de persistencia en las presiones inflacionistas, los temores sobre un enfriamiento económico mundial y las dudas sobre la posición financiera de algunos bancos regionales estadounidenses, con la caída del First Republic Bank durante el primer puente de mayo.
Por su parte, los principales bancos centrales reincidieron en la necesidad de mantener una política monetaria de tipos más altos y por más tiempo, si bien reiterando el mantra de dependencia en la evolución de los datos.
En este entorno, las bolsas internacionales cerraron el mes con resultados mixtos y la rentabilidad de la renta soberana ascendió levemente mientras el tipo de cambio del dólar estadounidense se depreció frente a las principales divisas. Las métricas de volatilidad recogen esta estabilización a lo largo de abril, si bien con altibajos y aún fluctuando en cotas históricamente elevadas.
Países donde un Ministro de Economía con 75.8% de inflación en 9 meses de gestión piensa ser candidato a Presidente (ah y sin elección interna) pic.twitter.com/puON2kHGVt
— Luis Secco (@luissecco) May 12, 2023
Los bancos centrales presionan los frenos, aunque con matices
Esta tensa calma pavimentó el camino de los bancos centrales para avanzar en su proceso de endurecimiento monetario, si bien a diferentes ritmos y con crecientes divergencias sobre los posibles próximos pasos. Así, en el lado hawkish destacaron una vez más el BCE y el sueco Riksbank, con subidas en los tipos oficiales de 25 p. b. y de 50 p. b., respectivamente, y la clara intención de seguir ajustándolos al alza en los próximos meses. Entre tanto, la Reserva Federal de EE. UU. incrementó los tipos en 25 p. b. hasta el rango del 5,00%-5,25%, aunque dio señales de que podría pausar en los próximos meses si la inflación continúa descendiendo y el mercado laboral normalizándose.
Una estrategia similar podría adoptar el Banco de Inglaterra que, ante la sorpresa al alza en los datos de inflación y de salarios, probablemente anunciará una última subida de tipos en la reunión de mayo
En contraste, los bancos centrales en algunos mercados emergentes (como Corea del Sur) han optado por pausar las subidas de tipos e, incluso, han sentado las bases para el inicio de bajadas (en Hungría, por ejemplo). Por último, en la primera reunión con Kazuo Ueda como gobernador, el Banco de Japón mantuvo intacto el sesgo acomodaticio en la política monetaria y anunció una revisión de 18 meses para recalibrar el marco aplicado