Portugal cerró 2022 con una inflación bastante elevada (+9,6% a/a), pero que empezaba a desacelerar desde el pico registrado en octubre de 2022. Desde ese máximo se registró una ralentización significativa en la tasa general. Primero por culpa del fuerte efecto base entre marzo y mayo y, después, por las medidas del gobierno en relación a los precios de la energía y de los alimentos.
Sin embargo, la desaceleración de la tasa subyacente fue significativamente más lenta. Así, una subyacente por encima de la tasa general traduce el contagio de los productos más volátiles a los más estables. Y el reto de Portugal sigue siendo lo mismo: combatir una inflación elevada y cada vez más pegajosa. Así, revisamos milimétricamente a la baja las estimativas para 2023e, sin embargo, mantenemos una inflación más elevada durante más tiempo (IPC: +4,9% en 2023e, +3,6% en 2024e y +2,9% en 2025).
Gráfico con los datos del IPC y los datos de la tasa subyacente
El nivel de precios que sigue elevado, la incertidumbre con relación al ciclo de subidas de tipos y la inevitable desaceleración económica que resulta, aunque menos de lo esperado, deterioraran las componentes que permitieron a Portugal los crecimientos extraordinarios de los últimos dos años. Con relación al Consumo, este entorno resulta en la disminución del rendimiento disponible de las familias. La inflación que se mantendrá a niveles históricamente elevados, impacta el rendimiento real que seguirá cayendo. Por el lado de la política monetaria, el proceso de subidas de tipos de los bancos centrales aproximase ya del final.
Por cada euro gerado na Mercadona são gerados 9€ para economia portuguesa. Un placer haber dirigido en el Ivie el análisis del impacto económico de Mercadona en Portugal. https://t.co/6bsngEUkV7
— Joaquín Maudos (@JMaudos) July 3, 2023
El tipo terminal, el ritmo a lo cual lo alcanzaran y los movimientos posteriores al término del ciclo de subidas siguen siendo fuentes de inquietud para los agentes económicos
Así, la política monetaria empeora las condiciones de financiación y resulta en una desaceleración en 2023, aunque menor de la esperada anteriormente. La Formación Bruta de Capital (FBC), por su vez, ya se ha visto impactada, en el 1T de 2023, por los elevados costes de financiación y por la desaceleración del ciclo económico, que aplazarán las inversiones y las harán menos atractivas. El Plano de Recuperação e Resiliência (PRR) podría desempeñar el papel de mitigar una parte de las presiones bajistas sobre la FBC.