Le hecemos la siguiente pregunta a Efrén Arroyo Franco, consultor y analista financiero: ¿Veremos nuevos niveles récord en el índice S&P 500? A la cual, el experto nos da la siguiente respuesta:
¿Veremos nuevos niveles récord en el índice S&P 500? La respuesta a esta pregunta seria, desde luego que sí. Por tanto el interés se centra en el cuándo y, para conocer el cuándo, debemos analizar los porqués.
Para no hacernos un lio con todas estas preguntas conviene que tengamos presente que los índices bursátiles en general, se mueven por expectativas
Solo de esta forma puede explicarse que en un entorno de poli crisis, con alto nivel de inflación, alto nivel de endeudamiento, con emergencias sanitarias, climáticas, guerras en Europa, en África, tensiones en el Sureste asiático, problemas de suministro de materias primas esenciales, problemas de abastecimiento de alimentos; y podríamos continuar así un largo rato, tengamos los índices bursátiles cercanos a máximos históricos.
En concreto el S&P 500 cerró el mes de julio a menos del 5% de su ATH
Pero hablábamos antes de las expectativas, y éstas hacen referencia a que es previsible que cualquiera de todo este ramillete de conflictos, tensiones o catástrofes, madure en el horizonte de los próximos meses y por tanto el dinero vuelva a fluir con alegría como ya pasó durante los años 2020 y 2021.
Así suceden las cosas, cuando hay conflictos del tipo que sea, la maquinaria monetaria se pone en marcha, y antes de que esto suceda, los operadores del mercado quieren estar ya posicionados.
Pero además de las expectativas, tendremos una fotografía más amplia si podemos valorar las otras opciones de inversión típicas que hay en el mercado, para ver contra qué compite exactamente la renta variable.
- El efectivo: En un entorno inflacionario no parece buena idea mantener saldos en efectivo ya que es una pésima reserva de valor.
- Deuda pública: Tras las recientes subidas de tipos es un activo financiero atractivo, pero no es menos cierto que estamos inmersos en una burbuja de la deuda evidenciada en la rebaja de la calificación crediticia del bono norteamericano por parte de Fitch (la propia Standard and Poor’s ya la bajó en 2011), y nadie quiere estar dentro de la burbuja si ésta estalla, por tanto deuda publica sí, pero mejor a corto plazo.
- Bienes Raíces: Tradicional refugio de valor. Mientras los tipos de interés sigan en crecimiento, las expectativas indican contracción del mercado.
- Commodities: El gran competidor de la renta variable en estos momentos, pero tienen como contrapartida que son aptos solo para operadores muy especializados ya que son recursos estratégicos cuyos precios tienden a ser manipulados en los mercados de futuros.
- Cripto activos: Mercado emergente con altas posibilidades de rentabilidad y alto riesgo, no apto para el pequeño inversor sin formación, ni para grades gestoras mientras no haya una regulación clara.
Por tanto en este mundo de ciegos, la renta variable es el tuerto, es el mercado favorito donde los capitales a día de hoy se sienten más cómodos, a lo que sumamos unas expectativas de alta liquidez a medio plazo.
Vemos como la única conclusión posible es que llegaran nuevos máximos a las bolsas en no demasiado tiempo.
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